¿Qué no es pensar?

Sebastián Endara

Pensar requiere tiempo, silencio, abstracción. Pensar es ensayar caminos imaginarios, que a veces no conducen a ninguna parte, que se rompen como cristales en el aire, que no generan ningún entusiasmo. Pensar, en ocasiones es como una lucha por deshacer una nube blanca en la que no existe nada, pensar es insistir en un objetivo que no necesariamente está claro. Pensar es un acto de honestidad con uno mismo, es percibir los límites e intentar superarlos. Pensar es crear más allá de lo establecido. Pensar es intuir y representar. Pensar es ejercer la propia voz con un particular entusiasmo. Pensar no solo es construir, pensar también es destruir. Pensar es establecer el lugar desde donde se piensa, es tomar posición. Pensar es anticipar. Es encontrar una forma de ser en el mundo. Y pensar es por supuesto un escollo en la sociedad en la que el “tiempo es oro”, es un lujo no permitido en la sociedad de la inmediatez, y un absurdo si no produce ganancia. También es una práctica hostil que atenta contra el orden establecido. Pensar es divagar si no se tiene objetivos claros. Pensar es aburrido y no te aporta al crecimiento personal porque al contrario es origen de conflictos. De hecho, los coach aconsejan no sobrepensar. Los “educadores” en la misma línea, y en vista de lo difícil que es pensar, optarán por otras técnicas, integrarán las AI, los juegos y la competencia, la instrucción mediante reflejos condicionados y la medición memorista de conocimientos o la resolución de problemas, es decir adiestramiento funcional. (O)

Dr. Sebastián Endara

Ph.D. Quito, 1978. Ensayista, poeta, docente universitario. Especialista en Pedagogía política y pensamiento social. Editor en Jefe de las revistas científicas de la Universidad Católica de Cuenca.

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