Se escribe allegro pero se pronuncia alegro. Y es que así va el concepto de esta palabra de origen italiano, emanando alegría en cada nota interpretada. Su definición es clara en su nombre. Este movimiento musical incita a llevar un ritmo a tiempo rápido.
En algunos diccionarios consta como tiempo “vivo.” Por ahí podemos encontrar que un allegro es a la vez vivace (vivache), lo cual significa más animado de lo habitual. Y si dice prestissimo, es más rápido -rapidísimo. Mientras el adagio nos dejaba en una imaginación sentida desde las profundidades del pensamiento, el allegro es la invitación a dejarse llevar por un baile, un salto, una fiesta.
De la misma manera en que Antonio Vivaldi nos ofrece adagios en cada estación de su formidable obra “Las Cuatro Estaciones,” tenemos los allegro. El más famoso es posiblemente el allegro de La Primavera, en el que se ha analizado que hay una representación del trino de pajaritos ante la llegada de flores coloridas y sutiles brisas en las praderas. Mi parte favorita va de la mitad del movimiento hasta su final. Parecería haber un encuentro de las bandadas, primero bajo cierto misterio, como si estuviera en riesgo su territorialidad, pero, enseguida se dan cuenta de que pueden ir todos juntos, y entonces, imagino una danza en el cielo entre ellos, con volteretas, alas bien abiertas, volando en su libertad, invitando a disfrutar.
La estación del Verano de esta misma obra, es intensa, si bien es allegro por su ritmo, su melodía da la sensación para quienes la escuchan que el disfrute de libertad se reemplaza por un momento que parece no tan alegre en su emoción, sino más bien de un susto, algo así como una carrera, o la huída de una situación. Y es que precisamente la intención de la época en que Vivaldi compuso esta obra, era describir musicalmente elementos de la naturaleza y la vida cotidiana.
Si tomamos otra referencia de allegro, podríamos sentir un baile cortesano al escuchar el Concierto para piano y orquesta en Re Mayor de Joseph Hydn. El tiempo de este movimiento nos invita a combinar las sensaciones de los allegro antes descritos, con un historia contada desde el movimiento de personas en salones, la alegría y la hermandad ahí generada. Escuche estas obras, sin duda jugará con su imaginación y se sentirá vivo, como su ritmo. (O)