La diversión es cosa seria

Bridget Gibbs Andrade

Aunque parezca un asunto frívolo, los sociólogos afirman que las fiestas son una actividad sumamente importante en nuestras vidas pues nos apartan de los momentos cotidianos y nos desconectan de la rutina que, muchas de las veces, se torna agobiante.

De acuerdo con los expertos, las reuniones sociales aportan una ruptura con la normalidad y el diario vivir. A través de estas, experimentamos sentimientos intensos y nos entregamos a actividades placenteras como platicar con amigos, bailar, escuchar música, reír y comer cosas ricas.

De acuerdo con el sociólogo francés Emile Durkheim, los individuos tienden a emanar una efervescencia colectiva, algo así como una corriente burbujeante y alegre cuando están cerca a otros.

Celebrar y festejar son unos de los fundamentos en los que se basan las  conexiones interpersonales. Por medio de ellas, se fortalece la autoestima y los vínculos con quienes son parte de nuestra vida.

Las sociedades siempre han buscado formas de escapar de la monotonía y las preocupaciones diarias. Divertirse es una necesidad psicológica y social siempre y cuando no se atente contra la integridad física o emocional de alguien. La diversión fortalece nuestro sistema inmune y también reduce la tensión y la ansiedad. En otras palabras, nos relaja. Y al estar relajados, la creatividad, la imaginación y la estabilidad emocional llegan con más facilidad.

Está demostrado que las personas que más se divierten en sus puestos de trabajo son las que más se involucran en sus proyectos.
Pese a sus múltiples beneficios, todavía hay quienes consideran que la diversión y la fiesta son algo trivial. Una simple distracción de las obligaciones. Si bien es cierto que hay jóvenes que dan más prioridad a la diversión que en cumplir sus responsabilidades, también es cierto que la vida no es solo trabajar. De vez en cuando, y por sanidad mental, hay que darnos tiempo para vivir algunas locuras. Imagínense si todo se resumiría a trabajar, no quedaría ni música, ni risas, ni una buena tertulia o un baile.

La capacidad para gozar de la vida con entusiasmo debería ser una de nuestras fortalezas. Pero, lastimosamente, es una de las cualidades menos presente entre los adultos.

Como dije al inicio: la diversión es cosa seria. Es algo que nos lleva a vivir y nos aparta del simple hecho de existir. Deseo que disfruten, “seriamente”, esta temporada de fiestas. Tengan todos ustedes, un Feliz Año Nuevo. (O)

Lcda. Bridget Gibbs

Periodista y escritora. Norteamericana de nacimiento, pero cuencana de corazón. Radicada en Cuenca desde hace 45 años. Lleva una década colaborando con la página editorial de El Mercurio.

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