¡Las famosas y tradicionales ‘inocentadas’ inician a fines de diciembre!
Cuenca, reconocida por su riqueza cultural y su devoción a las tradiciones, mantiene viva una celebración singular: el Día de los Inocentes.
Esta festividad, que mezcla raíces religiosas y paganas, ha perdido algo de su fuerza con el tiempo, pero aún encuentra formas de mantenerse vigente, gracias a iniciativas locales y eventos como el Desfile de Mascaradas.
Inocentadas: De las Bromas a la Crítica Social
Hace tres décadas, las bromas pesadas eran el alma de esta celebración. Era una forma de convivencia que fusionaba la alegría popular con la crítica sutil.
Hoy, en el sur del país, Cuenca se erige como la única ciudad que sostiene esta tradición, mientras en otras provincias como Pichincha y Tulcán también se conserva viva.
El Día de los Inocentes inicia el 28 de diciembre y culmina el 6 de enero con el Desfile de Mascaradas, un evento que reúne a la ciudad en torno a la creatividad y la expresión artística.
Sin embargo, los esfuerzos por revitalizar la festividad van más allá de este desfile.
Las Comparsas y su Evolución
Según referencias de las fiestas civiles que se realizaban en Cuenca, se habla que desde el año de 1760 se realizaba una celebración en la que participaban los pobladores españoles, mercaderes y artesanos.
Se dice que los oficiales recorrían las calles de la ciudad con solemnes máscaras acompañados por músicos apostados en los balcones.
Años atrás, las comparsas estaban formadas por jóvenes de los barrios históricos de Cuenca.
El recorrido tradicional, que iba de San Blas a San Sebastián, evocaba la persecución de los inocentes. Con el tiempo, el desfile se trasladó a la avenida Fray Vicente Solano y, actualmente, a la avenida Huayna Cápac.
Hoy, instituciones educativas y universidades han tomado un rol protagónico en esta manifestación cultural.
Sin embargo, familias y personajes destacados de la ciudad también aportan con críticas sociales y escenografías cargadas de significado.
La Fiesta de los Santos Inocentes: Disfraces y Tradición
Cada 6 de enero, las calles de Cuenca se transforman en un escenario vibrante de color y alegría con la tradicional Fiesta de los Santos Inocentes.
Miles de personas, desde niños hasta adultos, se visten con disfraces de todo tipo, mientras el desfile de comparsas toma las calles de la ciudad.
Pero, lejos de ser una celebración común, este evento se convierte en una divertida mezcla de humor, sátira y crítica social que refleja el espíritu único de la ciudad.
¿De dónde viene esta tradición?
Todo comenzó en el siglo V, cuando la Iglesia Católica instituyó un día para recordar a los niños masacrados en Judea por el rey Herodes, quien, al enterarse del nacimiento de Jesús, mandó a matar a todos los menores de dos años para evitar que el nuevo “Rey de los Judíos” le arrebatara su trono.
En sus primeros tiempos, la celebración era estrictamente religiosa, pero con el paso de los siglos, especialmente durante la Edad Media en Europa, fue adquiriendo un toque más festivo, desordenado y, por qué no, un tanto irreverente.
Una Fiesta de Diversión y Crítica Social
Fue precisamente esa mezcla de lo sagrado con lo profano lo que dio lugar a lo que hoy conocemos como la Fiesta de los Santos Inocentes, un día en el que se permite la burla, el desorden y la crítica con un toque de humor.
En Cuenca, la festividad ha evolucionado a lo largo de los años, y hoy se ha convertido en una de las más esperadas del calendario.
Los habitantes de la ciudad no solo se disfrazan de personajes nacionales e internacionales, sino que recrean situaciones y eventos del año anterior con un toque irreverente que hace reír a todos, sin dejar de lado una reflexión social.