Regresó un deleznable

Gerardo Maldonado Zeas

El rostro de un hombre avejentado; una mirada circunspecta y llena de miedo u odio, ambos extremos de un perfil paranoide basado en una desconfianza visible generaron las sospechas en los ecuatorianos. Regresó para culminar su faena de inmundicia.

Negó conocer al “mono” Jojoy, el fuerte y sanguinario hombre duro de las FARC, quien habló de los aportes a los “amigos ecuatorianos” para la campaña de Alianza País; su eterna y vomitiva relación con Maduro, primero como canciller y luego cuando heredó de Chávez la presidencia. Y esa avalancha de denuncias mostradas por los WikiLeaks, y el afán enfermizo de cerrar apuradamente un acuerdo bilateral con Venezuela. Muchos pensamos que así se fomentaron aquellas exportaciones ficticias, olvidadas con la complicidad de todo el aparataje correista.

El rey de los videos confusos, cámaras escondidas filmando la estulticia de negociaciones financieras chuecas. Varios cargos de “encargo” para bajar el tono de la sandez. Muertos olvidados en el misterio, o la oscuridad de una serie de terror; después la metida de mano al servicio exterior; una valija con “cocaína líquida” ha llegado a Europa, quién sabe cómo, decía él.

Tal como reveló Juan Carlos Holguín en un artículo reciente, Ricardo Patiño trajo al Ecuador “(…) a muchos extranjeros que, con jugosas consultorías o como ‘asesores’, convirtieron a nuestra diplomacia en un fondo de financiamiento de quienes ahora se llaman “miembros fundadores del Grupo de Puebla”. Hoy recorre el país haciendo el papel de capacitador de las buenas causas, visitando a los camaradas nostálgicos por el recuerdo de los inolvidables tiempos idos, con quienes se toma fotos, hace videos, sube a las redes sociales, pero luego elimina ante el escarnio público.

Un cobarde que huyó del país en abril de 2019 hacia México cuando estaba a punto de ser acusado por la Fiscalía por instigador y fomentador de un terrorismo de ciudad, de la toma a la fuerza de los ministerios, de un discurso lleno de odio “salgamos a las calles, debemos derrocar a este gobierno infame”. Este individuo regresó al Ecuador para trabajar como una broca de alta presión y adentrarse en la piel de los jóvenes reclutados con calumnias, y también para ser candidato a asambleísta por el Guayas, que en verdad le importa muy poco, ante el único interés de recuperar la presidencia y así bendecir la impunidad.

Este innombrable, cuando el país entero vive momentos de consternación, osó entrevistar al papá de los cuatro niños desaparecidos en el barrio las Malvinas de Guayaquil, haciéndose el conmovido, en una clara muestra de su miseria sin límites al politizar una tragedia, lo cual produjo el rechazo de la sociedad, incluido el de sus propios compañeritos, como Aquiles Alvarez quien en su cuenta de X expresó: “Deja a la familia en paz…No politices… Que arrechera la verdad.” Estuvo publicado hasta que la fuerza del “capo de tutti capi”, del patrón, del único, le obligó a borrar. A estos pelafustanes les importa un bledo la gente, pero están enloquecidos por volver a gobernar. (O)

Econ. Gerardo Maldonado

Economista, abogado. Posgrado en Finanzas y Proyectos INCAE Bussiness School. Máster en Administración en Tecnológico de Monterrey. Actualmente cursa una maestría en Derecho de Empresas. Poeta y escritor.

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