La celebración de año nuevo se remonta hace 4.000 años, con la celebración de El Akitu, una fiesta babilónica. Entre las primeras celebraciones encontramos en Mesopotamia y datan del 2000 a.C. Otros consideran que está vinculada con el calendario juliano, cuando el Emperador romano, Julio César, la inició en el año 47 a.C. Solamente en 1582, la Iglesia Católica Romana, adoptó el calendario gregoriano, y por ende es el 1 de enero, el inicio del nuevo año.
El año nuevo representa un ciclo de renovación, dejando atrás el pasado, nutrirse de las experiencias y mirar optimistamente el futuro. Muchos hacen resoluciones para acabar con los malos hábitos como abandonar el tabaquismo, ser mejores seres humanos, desearse buena suerte con familiares y amigos.
Los hindúes festejan la fiesta Diwali, como una celebración de la victoria del bien sobre el mal y de la luz sobre la oscuridad, en términos de iniciar un nuevo año financiero para las empresas indias repartidas en el mundo entero.
El inicio del 2025, estará caracterizado por la algarabía de la gente, la música y el baile. Gastronomía propia para la fecha y característica de cada región del planeta. Hemos de solicitar se cumpla con la petición planteada en el reciente estiaje de suspender la quema de monigotes en respeto de la calidad del aire que respiramos.
Más allá de lo que cada uno de nosotros se plantee realizar y concrete con esfuerzo y dedicación, no suelen ser ciertas ni confiables las vanas, engañosas e inalcanzables ofertas de quienes aspiran a ganar procesos electorales, y que las proclaman en campaña para convencer al electorado de entregarles su voto.
El destino de los pueblos está determinado por dos grandes factores. El primero es el esfuerzo que cada quien imprima en sus intenciones, retos y planes. El segundo depende del accionar de los gobernantes, en términos de impartir justicia, asistencia, respeto, salud, fuentes laborales, vialidad, etc.
Justifica hacer todo esfuerzo por respetar la salud de la Casa Grande, su ecología y el futuro de la vida en plenitud. Para mis queridos Lectores, que vengan mejores días con sus acertadas decisiones. (O)