Este año debe comenzar un proceso creativo de las necesarias decisiones políticas que optemos en la elección presidencial y de legisladores, denominados asambleístas, por el nombre dado al organismo que ejerce las funciones de legislar y fiscalizar peculiares de la función correspondiente.
La Constitución del 2008 estructura el poder estatal con cinco funciones, la ejecutiva y judicial que mantienen sus denominaciones tradicionales, y la legislativa que se expresa en la Asamblea Nacional por decisión de la Constituyente del 2008 celebrada en Montecristi que además introdujo la Función de Transparencia y Control Social y la Función Electoral, que eleva a tal categoría el control del sufragio popular, por eso la República del Ecuador tiene tales cinco funciones en lugar de las tres tradicionales que en el mundo occidental son las vigentes.
Luego de los diez y seis años de tal composición y siendo ahora, cuando debemos elegir al presidente y vicepresidente de la República, asambleístas y representantes ante el Parlamento Andino, debe ser el tiempo de los necesarios cambios estructurales en las funciones del estado, poniendo énfasis en la imprescindible recuperación de la administración de justicia para hacer posible el sentido de respeto institucional, seguridad jurídica y efectiva democracia representativa, principios y funciones que desde la vigencia de la Constitución de Montecristi han sido radicalmente erosionados por la corrupción, la alevosa confusión de las competencias y la narcopolítica, factores negativos que exigen depurar el sistema constitucional en una necesaria catarsis que comience por eliminar las mal concebidas funciones de Participación Social y Control Electoral a ser subsumidas por las funciones Legislativa y Judicial.
Pero, todo depende del acierto y responsabilidad cívica con que los ciudadanos ejerzamos el sufragio, superando la alienante demostración del populismo con sus graves consecuencias. El 9 de febrero del año 2025 es el día preciso para iniciar el cambio profundo que requiere nuestro País. Esperamos que así sea. (O)