¿Feliz Año Nuevo?

Una nueva etapa en nuestras vidas, un AÑO NUEVO, iniciamos hoy. Ecuador y otros países del mundo lo celebran. Como todo lo nuevo que adviene a nuestras vidas justo es que lo recibamos con alegría y muchas expectativas. Mi deseo es volcar en estos renglones iniciales todo mi optimismo y los mejores anhelos de un 2025 próspero en oportunidades de progreso en todas sus diversas manifestaciones. Hoy tenemos la posibilidad de regocijarnos en unión de nuestras familias y de quienes bien nos quieren. Hagámoslo con gusto, con fe y optimismo. No se extrañen si los renglones que siguen no transparentan igual optimismo. Si luego, cuando pase el tiempo en este nuevo año, todo nos fue de maravilla, con gusto aceptaré ser “pájaro de mal agüero”. Este es el Ecuador que hoy se anida en mi mente:

1.Acabo de viajar mentalmente por selvas, mares, planicies y montañas en busca de optimismo y esperanza: no los encontré; pude observar manos caídas, miradas perdidas, seres cansados, mentes aturdidas.

2.El ecuatoriano joven, si alguna vez lo tuvo, ha perdido el deseo de trabajar por un Ecuador mejor, porque entre sus categorías mentales no existen la patria ni los deberes cívicos; camina sin saber a dónde; le interesa el hoy y quizá también el más luego. Esta miopía cívica anida en un grupo humano ajeno a las necesidades sociales.

3.El ego cada día es el principio y fin de la óptica nacional: que mi familia esté segura, que nada me pase y quizá que tengan suerte, mis amigos y compañeros de trabajo; que puedan llegar a casa, que no sean asaltados o algo por el estilo. El barrio que se arregle por sí mismo, la ciudad que la cuiden los encargados, el país que atiendan sus autoridades. El yo/yo es el deporte nacional, el nosotros: en vías de extinción.

4.Dentro de este triste cuadro nacional surgen quienes dan sus nombres para la presidencia y vicepresidencia de la nación: el remedio peor que la enfermedad. ¡Qué soberana petulancia por un lado y menosprecio descarado al país! ¿Nosotros? Nos mofamos, lamentamos, nos tapamos la cara de vergüenza y … nada más.

5.Urge sentirnos ecuatorianos, corresponsables de nuestro destino, defensores de la verdad; aniquilar nuestra cobardía, mostrar nuestras caras, trabajar a favor de la comunidad porque ‘nadie come gallina gorda de mano ajena´. Los traidores de la patria tienen nombre y apellido. (O)

Dr. David Samaniego

Doctor en Filosofía y Ciencias de la Educación. Fundador de Ecomundo, Ecotec y Universidad Espíritu Santo en Guayaquil. Exprofesor del Liceo Naval y Universidad Laica (Guayaquil) y colegio Spellman (Quito).

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