Posesiones presidenciales

Dos acontecimientos internacionales ocurrirán en este primer mes de 2025: el 10 y el 20 de enero se posesionarán, en su orden, los presidentes electos de Venezuela, Nicolás Maduro; y DonaldTrump de Estados Unidos.
Sobre el tercer mandato de Maduro todo se ha dicho: es un régimen con apariencia democrática, no de ahora, si no desde cuando comenzó la era chavista.
Gran parte de los países iberoamericanos y de Europa desconoce el gobierno de uno de los más conspicuos representantes del llamado Socialismo del Siglo XXI.
Su posesión será irreversible, así la comunidad internacional lo rechace, y, con mayor razón, la mayoría del pueblo venezolano, incluyendo a quienes prefirieron huir de su país.
Nada cambiara en el otrora país exitoso, donde la oposición política es perseguida, y pese haber ganado las elecciones y ser reconocido su candidato presidencial por la mayoría de países, entre ellos Ecuador, se impondrá el chavismo, con lo cual persistirá la involución de Venezuela.
Los totalitarismos son inflexivos. Se mantienen por medio de la fuerza, someten a los pueblos, no sin antes cooptar a las Fuerzas Armadas y crear órganos represivos paralelos.
La llegada de Trump por segunda vez al poder genera incógnitas y preocupaciones, no tanto al interior de EE.UU., si no entre sus vecinos, como ocurre con Panamá, cuyo canal el republicano quiere retomar el control.
Está pendiente saber cuál será su línea política con Venezuela, aunque, por los primeros indicios, mantendrá las sanciones económicas y el aislamiento, como ocurrió durante su primera administración.
Sin duda, la administración de Trump estará expectante sobre el nuevo gobernante del Ecuador a elegirse en febrero próximo, o en abril si hay balotaje.
Nada escapa al ojo de aquella poderosa nación, con intereses en todo el orbe, no solo económicos si no geopolíticas.
De cuanto se diga sobre el régimen de Maduro no será ni la sombra de cuanto ocurra con el de Trump.

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