Inicia la campaña

Análisis político

La campaña electoral para las elecciones del 9 de febrero arranca oficialmente; una campaña que tiene algunos elementos diferentes y otros comunes, con relación a la campaña presidencial anterior.

Entre los elementos diferentes está el hecho de que ya no son 8, sino 16 los candidatos presidenciales, durará algo más de un mes y, además, se da en el contexto de una agudizada crisis de inseguridad, un irrespeto creciente a la Constitución y una desconfianza récord de la población con respecto a la política; lo que se manifiesta en un alto porcentaje de indecisos a estas alturas del proceso electoral en marcha. A esto se suma la desconfianza que estarían generando los organismos electorales como el CNE Y el TCE, acusados de tener, por sus acciones u omisiones, una cercanía con el Presidente y candidato Noboa.

El corto tiempo de campaña y la desconfianza acrecentada en la política implicará que los electores no tengan el tiempo suficiente, ni el interés, para conocer las propuestas y los planes de gobierno de los candidatos; por lo que ahora, más que antes, las posibilidades para un voto más reflexivo y de opinión serán menores.

En este escenario tendremos, también, la reedición de elementos similares a los de la campaña anterior, esto es: una campaña donde los candidatos (as) irán a la caza de un voto clientelar y emocional; por esto mismo, como nunca, más que planes y programas lo que se hará es presentar un montón de promesas y ofertas que seduzcan al electorado, especialmente a aquel que sufre de pobreza material pero también de pobreza política. Será una competencia entre quienes ofrecen más seguridad, empleo, salud, educación, vivienda, seguridad, créditos, bonos, etc. etc…En suma, una competencia entre quienes ofrecen dar más rápido la “felicidad” a los ecuatorianos y ecuatorianas. Un ofrecimiento que, con seguridad, estará presente en el debate que se realizará entre los candidatos presidenciales.

Se trata de una campaña donde, más que las concentraciones y el contacto directo con los electores, se privilegiará el uso de los medios digitales y de las redes sociales, especialmente tik tok. Un uso que, además, traería aparejada una mayor presencia de las noticias falsas, los insultos y la denigración del adversario político. (O)

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