El 10 de enero deberá posesionarse Edmundo González Urrutia como presidente legítimo de Venezuela; pero su presencia en Miraflores está por verse. Desde su asilo político en España, y los intentos del mundo democrático para que el chavismo entregue el poder, Maduro sigue firme y prepotente como hace 12 años. Persistiendo con las amenazas de encarcelar a la oposición, con la protección y apoyo de Rusia, Irán y los del eje del mal, se aprestará con seguridad a iniciar su tercer mandato, todos cuestionados por tener bajo su control absoluto a militares, y manipular los fraudes con la venia del consejo nacional electoral, el tribunal supremo de justicia y la fiscalía. No obstante, la oposición proclama que este día será el inicio de la batalla final para la recuperación de la democracia.
Pese a las críticas internacionales y de la academia, el 1 de junio el partido de AMLO y la Scheinbaum irán por el anhelado sueño de tener jueces elegidos por votación popular, con lo cual los magistrados serán a su medida para consolidar el modelo ultraviolento y sanguinario que marcó los 6 años de mandato de López Obrador. Esto sería un propósito nefasto, si hubiese una democracia sensata, por la destrucción de la independencia de justicia, además de que fortalecerá la hegemonía narco política en un México asolado desde hace muchos años por esta plaga mundial.
Los bolivianos acudirán a mediados de agosto a votar en medio de una lucha sin cuartel entre los otrora hermanos del alma Luis Arce y Evo Morales, divididos por el control del Movimiento al Socialismo (MAS) con exasperadas protestas desde 2023, y el distanciamiento manifiesto a poco tiempo de la llegada de Arce a la presidencia en 2020, acusado de no encaminar correctamente a la Bolivia que heredó. Aunque está impedido de ser candidato, luego de tres períodos de gobierno, Morales al más puro estilo de dictadores como Maduro y Ortega, dijo que alcanzará el poder a “las buenas o las malas”.
En el sur habrá comicios trascendentales que buscarán la recomposición o mantenimiento de fuerzas en Argentina y Chile. Milei y su modelo “libertario” se enfrentará en octubre a la renovación de 127 diputados y 24 senadores; será entonces una prueba de fuego para el polémico mandatario quien, en su afán de poner orden, ha mantenido recortes presupuestarios buscando terminar con la obesidad burocrática, más una lucha frontal contra los partidos tradicionales, especialmente el peronismo de los Fernández. En noviembre Gabriel Boric, el izquierdista moderado no podrá reelegirse por mandato legal. Evelyn Matthei, de la Unión Democrática Independiente (UDI), partido de derecha en vigencia desde los 60’s, y ex ministra de Piñeira, se perfila faltando un poco menos de un año como una candidata muy fuerte a la presidencia de Chile. Es probable que Bachelet busque una nueva postulación.
En nuestro país tendremos elecciones en febrero; su temática la abordaremos en el artículo de opinión de la próxima semana. Hasta tanto, en medio de tantos problemas, les deseo a mis lectores un venturoso 2025. (O)