¿Qué es la inconformidad?

La inconformidad es el verdadero motor de la historia, una historia que no cesará a pesar del supuesto conformismo que actualmente vivimos. Digo supuesto, porque a simple vista las cosas no están bien, y deben cambiar. Y el hecho de que, a pesar de verlo, no nos inmute, debe ser leído solo como un resultado perverso de una razón totalitaria, una razón que se pensó infalible y terminó fabricando monstruos sin conciencia. Me explico: tenemos una sociedad que produce conformismo a través de sus dispositivos mediáticos, sus herramientas tecnológicas y sus sistemas educativos, produce en todo caso sujetos conformes que creen que se ha llegado a la cúspide civilizatoria, y por tanto conservadores gradualmente retardatarios que van perdiendo las capacidades básicas de la propia razón, como el juicio crítico, la apercepción, -lo que Borbolla define como darse cuenta que uno se da cuenta-, y la conciencia. Lo que pasa es que la conciencia se gesta en la inconformidad, y aquí el inconforme, el distinto, es básicamente expulsado de la sociedad que no desea inconsistencias en sus mecanismos de producción y reproducción social, aunque éstas entrañen serias contradicciones. Entonces se produce una suerte de descafeinización ideológica. Se puede pensar siempre y cuando sea en los términos del sistema, siempre y cuando se aporte y se contribuya al sistema para perfeccionarlo. Nada de crítica destructiva, nada de pensamientos que atenten contra el orden instituido, ni siquiera los que claman por una verdadera justicia, la paz, le ética, y menos el Buen Vivir. (O)

Dr. Sebastián Endara

Ph.D. Quito, 1978. Ensayista, poeta, docente universitario. Especialista en Pedagogía política y pensamiento social. Editor en Jefe de las revistas científicas de la Universidad Católica de Cuenca.

Publicaciones relacionadas

Mira también
Cerrar
Botón volver arriba