Dolencias faciales y audición: descubre la conexión oculta

Algunas dolencias faciales están estrechamente relacionadas con los oídos debido a su proximidad anatómica y a la relación directa con los aparatos bucales, nasales y respiratorios. Por ejemplo, una higiene bucal deficiente, faringitis o bruxismo (rechinar los dientes) pueden provocar dolor de oído, presión o incluso zumbidos debido a una inflamación que se extiende al sistema auditivo. Del mismo modo, los problemas mandibulares, incluida la disfunción de la articulación temporomandibular (que funciona como una bisagra que une la mandíbula con el cráneo), pueden causar molestias en los oídos.

La detección temprana de estas molestias relacionadas con el oído y otras partes del rostro es clave para un tratamiento eficaz. Los expertos insisten en la importancia de abordar con prontitud los dolores faciales recurrentes o los síntomas auditivos y de acudir al médico si es necesario.

“La relación que existe entre los oídos y otros órganos de la cara se debe a su proximidad anatómica y a que algunos problemas del aparato bucal y respiratorio pueden extenderse o afectar al oído, por ejemplo, una mala higiene bucal puede generar infecciones en el oído interno”, explica Jennifer Rivas, audioprotesista de GAES Ecuador.

En este contexto, la especialista explica la conexión entre algunas dolencias faciales y la audición:

Audición y dientes:

Los problemas dentales pueden causar con frecuencia molestias relacionadas con el oído. Las encías inflamadas, el bruxismo (rechinar los dientes) o las infecciones bucales pueden desencadenar una inflamación que se irradia a la mandíbula y el oído, causando dolor o presión. Los problemas de muelas del juicio o la inflamación de las encías pueden incluso provocar una obstrucción temporal del oído debido a la alteración de la circulación sanguínea. Además, afecciones como el tinnitus (sonidos extraños) pueden ser consecuencia de la presión dental o de la disfunción de la articulación temporomandibular, que afecta a los nervios cercanos que conectan la mandíbula y el oído.

Mandíbula y oído:

El especialista explica que el dolor en la mandíbula puede extenderse a menudo a los oídos, sobre todo si está relacionado con disfunciones de la ATM, lesiones o infecciones.  Relajar los músculos de la mandíbula mediante estiramientos, masajes o compresiones puede ayudar, junto con mantener una higiene bucal adecuada. Comer alimentos blandos y mantener bajos los niveles de estrés también son formas eficaces de reducir los síntomas.

Oído, nariz y garganta:

La inflamación producida por dolores de garganta, faringitis o infecciones virales se extiende con frecuencia a los oídos debido a la conexión a través de la trompa de Eustaquio (conducto que se extiende entre el oído medio y la faringe). Los factores de irritación habituales, como el humo o el aire seco, también pueden causar irritación de garganta que afecte a los oídos. Incluso sin fiebre, estos síntomas pueden indicar problemas subyacentes causados por la interconexión de estos sistemas

La importancia de concienciar y prevenir:

Las medidas preventivas son fundamentales para reducir estas dolencias interconectadas, y el diagnóstico temprano de síntomas como el dolor facial recurrente, la presión en los oídos o los acúfenos permite intervenir a tiempo. La atención temprana no sólo alivia los síntomas, sino que también mejora la calidad de vida en general, permitiendo a las personas recuperar el pleno disfrute del sonido y las interacciones sociales.

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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