El jueves pasado iniciamos un nuevo año. En este nuevo tiempo, y con una nueva visión espiritual, y porque no decirlo, con una nueva visión ambiental, la que nace con una visión de restauración, conservación y desarrollo sostenible. Esta visión ambiental está orientada exclusivamente a la asesoría y acción ambiental. La organización de un nuevo ambiente está dirigida a mejorar la calidad de vida de todos quienes viven en una ciudad, para obtener una mejor educación ambiental y permitir aumentar la conciencia y el conocimiento de los ciudadanos, a fin de tratar de manera más efectiva el ambiente.
La visión ambiental hoy es una disciplina que se preocupa de la interacción con nuestro entorno. La educación ambiental exige sustentarse en los pilares, en los fundamentos ecológicos de la conciencia, en el concepto de la investigación y la evaluación, y en la capacidad de acción. Toda esta nueva vida en la conservación del medio ambiente se reviste de gran importancia al plantearse un objetivo ambiental para tratar de minimizar los impactos que afectan al medio ambiente.
La sostenibilidad impulsa el progreso de los ecosistemas naturales para garantizar el equilibrio entre el crecimiento económico y el cuidado del medio ambiente. En la nueva vida ambiental se busca la capacidad de amar, valorar y cuidar la conservación del planeta. Hay que cuidarlo, eliminando la basura y protegiéndolo de los riesgos que le pueden afectar. Al identificar los impactos ambientales se puede minimizar los perjuicios para garantizar el uso sostenible de los recursos de cada ciudad. En esta nueva era es indispensable proteger el medio ambiente, el agua, el reciclaje y la sostenibilidad ambiental para lograr vivir en equilibrio y formar a las personas con una conciencia crítica. (O)