Flores doradas

Eduardo Sánchez Sánchez

La naturaleza premia a los sentidos de muy diferentes maneras.  Prueba de un cinetismo cromado, como resultado de una compleja evolución, llena de magia y aroma, formas y caprichos, que conducen siempre a la reproducción de las especies, usando su sexualidad envuelta en mil seducciones de excentricidad manifiesta, como ocurre con los Guayacanes en la región sur occidental del Ecuador, siendo su capital la hermosa Zapotillo en Loja y sus parroquias, donde la áurea magia tiene lugar cada año, cuando San Pedro abre la llave de la condensación y permite que las lluvias mojen a los botones de los árboles de guayacán (Handroanthus chrysanthus del griego chryso = dorado, amarillo y antho = flor)  o roble amarillo, cañahuate y tajibo (Tabebuia chrysantha).  Son bosques deciduos, cálidos, saturados de sol, que extreman a punto de perder las hojas (defoliación) y así disminuyen la pérdida hídrica.  Cuando las lluvias del nuevo año hacen presencia, los árboles aceleradamente brotan sus hojas y los botones florales permiten un espectáculo que hace que el sol sienta celos y deje caer lenguas de fuego. Los árboles se defienden colocando en sus ramas doradas flores que actúan como receptáculos pirófilos, eliminando de la naturaleza la opción de incendiarse; ello produce un verdadero espectáculo que permite el disfrute de nuestros ojos y el trabajo cinético de polinizantes como colibríes, mariposas y abejas, que fecundan las flores y coadyuvan con la reproducción de estos árboles, presentes entre México y Perú, en el hábitat tumbesino y su gran biodiversidad.

Cada año ocurre este mágico evento y los bosques en la frontera occidental de Ecuador y Perú (alrededor de 40.000 hectáreas), complacen nuestros ojos y el alma se solaza al disfrutar de este paisaje natural de particular belleza escénica.

A este encanto natural acompañan factores como la bondad de la gente que habita en estos singulares campos, así como la arquitectura de ribera, que tiene que ser protegida como identitaria de esta región cálida seca.

Que la Educación ambiental y el respeto por este altar lojano de vida y elegancia naturales, prime en el visitante, no lanzando basura por doquier y conservando el tesoro para nuevas generaciones. (O)

Dr. Eduardo Sánchez

Doctor en Química por la Universidad de Cuenca. Excatedrático de la Universidad de Cuenca. Director del Proyecto “Reproducción de orquídeas por semillas”. Conferencista y articulista internacional.

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