Dado que aún estamos en la época del año en la que se intenta adoptar hábitos saludables, que con frecuencia no pasan de carnaval, y a própósito de los apagones que tanto nos complicaron; les propongo este año cuidar a nuestro «sistema eléctrico interno», ese que con un equilibrio de agua y electrolitos mantiene todo en funcionamiento, desde nuestros pensamientos hasta los latidos del corazón.
Los electrolitos, como el sodio, el potasio, el calcio y el magnesio, son los encargados de transmitir las señales eléctricas que regulan funciones vitales. Cuando este sistema falla, las consecuencias pueden ir desde fatiga y calambres hasta problemas más serios. A quién no le ha pasado que llaga a algún lugar de la casa y no tiene idea de para qué… tal vez no es la edad, sino falta de potasio.
Tengamos en cuenta que la deshidratación no siempre se manifiesta como sed, puede aparecer como cansancio, dolor de cabeza, mareos o dificultad para concentrarse. Esto ocurre porque al sudar o realizar actividades cotidianas, perdemos no solo agua, sino también electrolitos. La solución es tomar agua y reponer los minerales que el cuerpo necesita.
Si nuestro cuerpo fuera un equipo de fútbol, el sodio y el potasio serían los mediocampistas que mantienen el equilibrio y conectan cada jugada (se entrenan con guineos, tomates y aguacates). El calcio sería el defensa central, cuida nuestros huesos y se asegura de que los músculos respondan cuando deben, con lácteos, almendras y vegetales verdes como su mejor estrategia. El magnesio sería el director técnico, coordinando más de 300 jugadas en el cuerpo, incluyendo la relajación muscular, apoyado por nueces, semillas y chocolate negro para celebrar los goles de esta vida y no sufrir apagones corporales. (O)