Resultaría ser demasiado osado viajar en estos momentos a los EE.UU. si no se cuenta con todos los documentos en regla exigidos por este país.
Siempre fue así, y lo será siempre.
Desde hacía varias décadas, y por algunas razones, cientos, miles de ecuatorianos, como de otros países, llegaron y siguen tratando de llegar a aquella nación contraviniendo sus leyes migratorias.
Con Donald Trump como nuevo presidente de desde este lunes 20 de enero, la situación de miles de irregulares, entre ellos los ecuatorianos, se pone cuesta arriba.
Imposible saber cuántos compatriotas, llevados por los llamados “coyotes” o por cuenta propia, a riesgo de sus vidas, este rato estarán rumbo a aquel país.
Ni bien juramentarse como presidente, Trump firmó el decreto para cancelar el CBP One, un programa mediante el cual los migrantes solicitaban asilo en EE.UU. a través de los puertos de entrada en la frontera con México.
Los medios de comunicación ya muestran gráficas y videos de los miles de migrantes varados, desde este lunes, en Tijuana, pese haber aplicado para ese programa desde mucho tiempo atrás.
Además, en su discurso, el presidente se refirió a sus estrategias para ejecutar deportaciones masivas y militarizar la frontera con México.
Lo primero, siembra temor entre los irregulares, así tengan hijos nacidos en territorio americano, si bien algo hará los gobernadores de cada estado para detener la arremetida trumpista.
Lo segundo hará más difícil y peligroso el ingreso furtivo, la opción de mayor alcance para los “indocumentados”, y en cuya travesía son detenidos y hasta fallecen.
En 2024, más de 94 mil ecuatorianos no volvieron al país tras viajar a otros, en especial a EE.UU. Ahora deben sufrir ansiedad.
La agresiva y hasta fóbica política de DonaldTrump contra los migrantes irregulares, ¿frenará el deseo de quienes planear ir a EE.UU. en tales condiciones? No hay respuesta a la vista.
