Siempre se ha mencionado que el hombre es el primer enemigo del hombre, lo que se demostró y de una manera horripilante y vergonzante con el HOLOCAUSTO, ocurrido en la segunda guerra mundial, en donde el régimen nazi asesinó a millones de judíos, discapacitados y otros seres humanos, que la UNESCO rinde su tributo los 27 de enero de cada año, al recordar que un día como este, pero en 1945, las tropas soviéticas ingresaron a los campos de concentración y exterminio nazi alemán de Auschwitz-Birkenau. Esta fecha ratifica el compromiso de luchar contra en antisemitismo, el racismo, xenofobia, y más discriminaciones que continúan dándose en diversas partes del mundo.
También los ecuatorianos sufrimos de discriminaciones, como es el caso que Donald Trump decide el futuro incierto de muchos ecuatorianos, al disponer su desalojo de territorio gringo, a seres humanos con hambre, sin trabajo, enfermos y hasta niños que buscan producir para vivir e indirectamente laborar para la gran nación norteamericana. ¿Acaso los gringos no viven y se pasean en nuestro Ecuador, son respetados y, sin embargo, son los que se creen dueños del mundo, escogen quien sí y quien no, pueden trabajar en su territorio?
No será acaso otras formas de “holocausto”, las muertes en el camino del Darién, las violaciones a madres e hijas en el trajinar hacia el país del norte, el abandono a su suerte de hombres y mujeres que huyen y se esconden en la metrópoli para no ser prisioneros de policías cumplidores de la misión de atraparlos y devolveros al infierno de las necesidades y las angustias. Pero, “holocausto” también son aquellas víctimas de desgobiernos ecuatorianos, que hoy sufren secuestros, vacunas, robos, violaciones, y hasta muertes, que se suman a la pobreza, desocupación, hambre y hasta aberraciones sexuales por parte de seres humanos armados y cumplidores de mandatos superiores hoy llamados “Grupos Criminales Organizados”. ¿No será una forma de “holocausto” la aparición cada vez más numerosa de niños y jóvenes trastornados mentalmente y acabados físicamente por el consumo de drogas, un negocio de países ricos y mitómanos? Pero, también estamos viviendo el holocausto del planeta tierra, por desidia del mismo hombre al contaminarlo y destruirlo.
En este contexto, debemos pensar bien para “VOTAR”, o caso contrario nos sumamos a nuestro “holocausto”. ¡Que el Creador no lo quiera! (O)