Frase que habla de un desenfreno practicado por la gente en entorno festivo, irrespetando normas y costumbres, reglas y hasta jurisprudencia, pues acompañan a estos actos las espirituosas bebidas que auxilian a la digestión de grasas cuando en coloquial manera los usuarios citan la frase “para que no patee”. Busco relatar las formas como se irrespetan las leyes por parte de ciudadanos desaprensivos y lo más triste, la ausencia de quienes siendo “autoridades”, permiten merced a su ceguera, que ocurran hechos que laceran el entorno de la campiña de Challuabamba y Guangarcucho.
La vía rápida descuidada como está, por ausencia del Ministerio de Transporte y Obras Públicas, nos muestra un sinnúmero de lugares en donde se acumula lodo, piedras, agua y basura, que dificultan la movilidad en una vía de alta tráfico y velocidad, coadyuvando a incrementar el índice de accidentabilidad que es preocupante en dicha arteria, la de mayor volumen de tránsito en virtud de los múltiples lugares que acceden a la capital azuaya a través de su uso. Esta basura deteriora la calidad de la superficie asfáltica que cubre dicha arteria, a sabiendas del olvido y postergación de la cual somos objeto como australes. Allí encontramos material caído de los taludes, basura de todo tipo, ramas de árboles y hoy en día, apreciamos que en el sector próximo a Guangarcucho, en donde el ancho es mayor por cuanto fue la zona diseñada para la colocación de la estación de peaje que nunca se instaló, se han dado el trabajo de alterar los taludes en dirección norte, de tal suerte que sí mañana desciende la montaña, no será sino el resultado de la inconsulta obra y ausencia de autoridad competente para impedir dicho irrespeto a la estabilidad geológica de la colina. Y que sucede en los aplanados espacios que están junto a la vía, encontramos una larga cola de vehículos de todo tamaño que detienen su marcha para consumir los “alimentos” que se expenden en esas primitivas casetas, que se supone no poseen permiso para estar allí deteriorando el ornato de la campiña e incrementando el riesgo de hasta la muerte de desaprensivos individuos que cruzan de uno a otro lado de la vía rápida en carrera.
¿Cuál es la actitud de la Agencia Nacional de regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (ARCSA), frente a esta primitiva forma de expender comidas? Hasta obtener respuesta: a la voz del carnaval. (O)