Más sobre la liga azul

Es indudable que los colores vinculados a los uniformes juegan un rol importante en los equipos deportivos y más aún en los equipos de futbol. Son célebres “les bleus” (los azules de la selección francesa), la “squadra azurra” (el equipo azul de los italianos), la verde amarelha de los brasileños, la celeste uruguaya, la roja chilena, la vinotinto venezolana o la tricolor ecuatoriana; y a nivel de equipos profesionales en el Ecuador tenemos a los “albos” de la Liga, a los “amarillos” del Barcelona o al “ballet azul” del Emelec o “los rojos” del Cuenca.

Calificar entonces como la “liga azul” a un grupo de ciudadanos que, violando una ley expresa al respecto, fueron auspiciados por un partido político para intervenir como candidatos a miembros del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, me parece un despropósito. A no ser que sea porque en los afiches propagandísticos asomaban todos vestidos con camisas o blusas azules y, eso sí, acompañados siempre de una imagen de “el innombrable” o de algún otro de los dirigentes visibles del correísmo. 

Sin apasionamientos, el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, engendro mefistofélico que nació en Montecristi, y que por tanto ya tiene 16 años de vigencia, no ha servido para gran cosa. Desde sus primeros años se convirtió en una dependencia de Carondelet, torciendo radicalmente los motivos para los cuales supuestamente fue creado. Y en los últimos años, su desenvolvimiento se ha convertido en un muestrario de los intereses politiqueros más ruines, de la maniobra ilegal e inmoral, de la leguleyada y del descalabro institucional. Prácticamente no hay semana en el que el CPCCS no nos sorprenda con algún escándalo y ello obedece, llana y sencillamente, a que los “sabios” montecristinos tuvieron el “acierto” de poner en manos de este “monstruo” una increíble sumatoria de poderes, volviéndolo una joya deslumbrante ante la ambición de poder de los grupos políticos. Con el curso de los últimos acontecimientos, los miembros de la “liga azul” se encuentran como perro en canoa y en serio riesgo de irse para su casita. Sería saludable para el país. (O)

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