“La principal diferencia entre los humanos y los animales es que los animales nunca permiten que los lidere el más estúpido de la manada”. Frase densa, de un contenido que invita a reflexionar, a quitarse de la cabeza conceptos vacuos. Más que una frase es una sentencia. Cuando oímos a ciertos legisladores y examinamos las declaraciones de jefes de agrupaciones políticas, nos inducen a pensar que somos cada día menos seres pensantes y, lo que es peor, menos aún que los animales, porque nos dejamos gobernar en diversas instancias de poder por gente inepta, mezquina e ignorante, por individuos desconocedores de las obligaciones ciudadanas y de las urgencias patrias; es cuando la política se transforma en una mafia amparada por un andamiaje corrupto.
Paulina Martínez comenta que “La gran tragedia de la vida no es la muerte. Es dejar de reír, de soñar. Es aquello que dejamos morir dentro de nosotros mientras estamos vivos”. Esta frase la considero muy especial, densa en su contenido y tremendamente actual; por eso la he seleccionado para los integrantes del pelotón: JUBILADOS A LA CARGA. En octubre de este año, con la bendición de Dios y las plegarias de ustedes cumpliré noventa años y lo digo para testimoniar mi pertenencia al pelotón de ancianos y de jubilados.
Cuando menciono A LA CARGA y me dirijo a los jubilados y ancianos estoy pensando, esta vez, exclusivamente en el nueve de febrero, en la fecha de las próximas elecciones. Con el permiso de ustedes, algo muy personal, que está bien que lo conozcan. Seré parco en descripciones, más bien lacónico. Espero llegar a sus conciencias.
-El domingo nueve de febrero, por la mañana, estaré depositando mi voto en las urnas, como lo hice siempre en todos estos eventos cívicos.
-No hay mucho en qué escoger esta vez, me refiero a la calidad. Los tiempos que vivimos quienes mostramos canas no son los más tranquilos. La mala hierba ha crecido. Hay demasiados abrojos, cizaña y espinas.
-Sugerencias a los compañeros jubilados y ancianos para el domingo nueve: un baño tempranero, ropa elegante, compañía selecta, buen desayuno, una plegaria (que nunca está por demás) y rumbo a las urnas con la mejor sonrisa. Que nuestros corazones vayan cobijados por el Tricolor nacional.
El domingo nueve de febrero Ecuador conocerá la calidad de ecuatorianos de tercera y más edades. (O)