La Universidad de las Américas y el Instituto Nacional de Biodiversidad, presentó un estudio que preocupa profundamente a los países de la región. Indica que el 41 % de los árboles endémicos de la Amazonía ecuatoriana están en alto riesgo de extinción. La investigación señala que árboles o plantas de altura mediana o pequeña son los ejemplares que podrían sufrir. Precisamente el 21 % de las áreas boscosas donde se registraron la mayoría de las especies arbóreas endémicas ya han sido deforestadas. Por esto, los estudiosos y científicos indican que los niveles de deforestación aumentan cada vez más.
Estos datos proporcionados por la investigación no son casuales ni de último momento, sino que los estudios tienen más de 30 años. Estas investigaciones no solo señalan el desastre, sino que plantean detener la amenaza. Entonces el Ecuador tiene que actuar de manera concreta y rápida. Tenemos que reconocer que la diversidad arbórea, con una estimación de más de 5 mil especies, está amenazada en la región tanto por el cambio climático como por la acelerada deforestación.
El clima afecta sin duda, pero también la mano del hombre y la acción de los madereros, los cuales están destruyendo los bosques. Mientras que algunas fundaciones están preocupadas por la reforestación, donde trabajan más de 10 mil personas. Todos ellos se preocupan de la acción de conservación y restauración de los bosques. En el programa “Juntos por la Tierra” reclaman a las altas autoridades del gobierno reforzar la campaña y detener el desastre, “detener la amenaza” y poder así salvar a la Amazonía. La acción también pretende plantar 100 mil árboles en cuatro provincias de la Amazonia ecuatoriana. Actualmente desaparecen especies como la chonta, la balsa, el cedro, la guadúa, el morete y la caoba. Hay que cambiar la política ahora y con mano dura. (O)