El 88% de sufragios para 2 candidaturas triunfadoras, que pasan a la segunda vuelta, definitiva, de donde saldrá el/a futuro/a mandatario/a. El público conoce las formas de gobernar de los movimientos políticos, que disputan Carondelet, con su decisión esta vez de certezas más que de promesas; y ello será el norte para la futura elección. La situación del país en verdad es difícil y demanda de los mejores elementos para conducirla y en ello reflexiona prudentemente la población, que da su sentencia indefectible. Aspiramos sea la acertada y meditada por el bien de la nación, que seguros estamos merece mejor suerte que la violencia desatada, la corrupción destapada y la justicia cooptada. Requiriendo un proceso de unidad nacional para enfrentar estos duros momentos, por ello nuestro voto es decisivo.
En el otro lado 12 binomios presidenciales no llegan al 1% de los votos, con un mensaje contundente para sus organizaciones políticas que deben renovarse o morir, entre estas algunas con historia, como el PSC y la ID, que han perdido la confianza de sus electores. Los lideres ya no se conectan con sus comunidades y no les alcanza las contrataciones que hacen de personajes conocidos para el relleno de sus listas; lo que muestra que la población ha hecho en conjunto una purga de candidaturas que estuvieron por figurar o por que la promoción electoral le cuesta al tesoro público. En cualquier caso, el mensaje es claro, preciso y sin vuelta luego, porque de insistir en sus pretensiones presidencialistas, por segunda vez con otro resultado desastroso, deben reembolsar el costo publicitario.
El ciudadano común mientras tanto sigue trabajando, para enfrentar los patrones de una organización social sin oportunidades, en donde la migración es un escape probable, que ahora está criminalizada en los EEUU, la pobreza evidente en poblaciones urbano marginales y rurales, que observan como se desempeñan algunas industrias con éxito como las camaroneras, cacaoteras, bananeras y atuneras, para mencionar algunas que alegran a todos, pero queda una interrogante de: ¿cómo insertar a la población desposeída en este derrotero de progreso? (O)