Fernando Chaves Reyes: brillantez intelectual y silencio prolongado

Aníbal Fernando Bonilla

Fernando Chaves Reyes nació en el cantón Otavalo, provincia de Imbabura, el 13 de febrero de 1902. Su vida estuvo dedicada a las letras, la educación, el servicio público, la política, con rigor y denuedo. Él fue el iniciador del indigenismo en el Ecuador como corriente literaria y como mecanismo de denuncia social ante la ignominia con que históricamente han sido tratados los indígenas de la serranía. Resultado del trabajo escrito encomiable constituyen sus obras: La embrujada (1923), Plata y bronce (1927), Escombros (1958), El hombre ecuatoriano y su cultura (1990), Crónicas de mi viaje a México (1992), y Diario sin fechas (1994). Con Plata y bronce obtuvo un reconocimiento del Grupo “América”. Isaac J. Barrera, Ángel Felicísimo Rojas, Benjamín Carrión, Edmundo Rivadeneira, Hernán Rodríguez Castelo, Irving Iván Zapater, Bruno Sáenz, han justipreciado su aporte prosístico. Fue articulista en periódicos como El Día y El Comercio. Diplomático. Profesor de primaria hasta ministro encargado de Educación. Adherente al Partido Socialista Ecuatoriano.

Las décadas de los veinte y treinta del siglo XX transitaron entre la tensión política y la agitación ideológica en nuestro país. La turbulencia y contradicciones de la época fueron transmutadas con inteligencia por Chaves al género novelístico, aportando con creces al quehacer literario nacional. También su pensamiento se reflejó con autenticidad en el ensayo. Otavalo se constituye en gran medida en el eje geográfico para su labor creativa. De hecho, los indígenas habitan misteriosamente en sus relatos, evidenciando las humillaciones, mitos y tradiciones de una etnia milenaria que enriquece el acervo otavaleño. Chaves Reyes no solo mantuvo un compromiso, como tal, con la escritura, sino que, a través del ejercicio intelectual también con su raíz natal, consciente del atropello e injusticia colectiva.

Falleció en Quito, el 31 de julio de 1999. No obstante, es paradigma de ficciones y soledades. Arquetipo de verdades e incomprensiones. Ilustre profeta de paisanajes y añoranzas perennes. Culto preceptor de cavilaciones e historias comarcanas y costumbristas. Estudioso de tendencias pedagógicas y enamorado del apostolado en las aulas. Hombre ensimismado en utopías y decepciones, en sacrificios y renunciamientos. Viajero incansable ante delegaciones oficiales. Hacedor de la literatura con sentimiento indiano. Chaves Reyes es una figura que ha sido olvidada. Tal vez por ingratitud o desconocimiento. Por egoísmo o desmemoria. Por eso, es conveniente sugerir su nombre en la convivencia contemporánea, en el marco de su esclarecida dimensión humana y ejemplarizante conducta profesional, militante y ética.  (O)

Lcdo. Aníbal Bonilla

Máster en Estudios Avanzados en Literatura Española y Latinoamericana. Máster en Escritura Creativa por la Universidad Internacional de la Rioja. Licenciado en Comunicación Social. Autor de varios libros.

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