No con la misma asiduidad de antes, retomé a la sección deportiva de este Diario y encontré una noticia halagadora que me invadió una sensación de nostalgia y alegría. Recordé con cariño aquellos días en los que el básquetbol no sólo era un deporte, sino una articulación de identidad y espíritu de lucha pundonorosa. Las canchas se llenaban de gritos de aliento y cada partido se convertía en un evento social, en que todos los correligionarios se reunían para alentar a sus selecciones. Los colores que llevábamos puestos se convertían en símbolos de orgullo y camaradería.
El deporte no solo promueve la actividad física, también fomenta valores esenciales como el trabajo en equipo, superación personal, solidaridad, identidad, complicidad y lealtad. En mi tiempo la pasión se desbordaba hasta la gresca entre fans. Recuerdo que por una de esas reyertas post partido, en la hora del examen final el profesor de Educación Física no sorteó la tesis, caprichosamente escogió la de box y dijo –¡Ahora machitos!: el que gana 20 y el que pierde 0. Infelizmente me tocó con un compañero macanudo y practicante de este deporte, y claro, quedé suspenso; así que, el remordimiento de conciencia del profesor hizo que me diera otra oportunidad y pasara con una nota levemente honrosa.
Hermano Miguel-La Salle con Harris, los “gato” Ortega, “fico” Molina, “mono” Márquez, “flaco” Cañizares, “negro” Brito…; Benigno Malo con Casimiro Torres, Tamayo, Marín, Juan Torres…; Técnico Salesiano con Tunduama, Barros, Luna, “pichi” Ortíz…; Normal Manuel J. Calle con Julito Abad, Iglesias, un extraordinario basquetbolista de apellido Buestán que no podía jugar oficialmente por su edad; Rafael Borja con “chiquitín” Tamariz, hermanos Castro… En la rama femenina destacaban Manuela Garaicoa, Los Corazones, Herlinda Toral, María Auxiliadora-Salesianas, Rosa de Jesús Cordero-Catalinas, Manuel J. Calle, por entonces mixto… Basquetbolistas renombradas fueron Blanquita Charría, Clara Sanchez, Zaida Castañer, Esperanza Miranda, Calle, etc. Muchas otras figuras que por espacio y memoria no se las nombra, por ello mil disculpas.
Felicitaciones a la FDEA que, con la coordinación del también buen basquetbolista Juan Sánchez, emprenderá una nueva competencia en diferentes categorías y en géneros bien definidos, ni de lejos habrá casos de Imane Khelif… La implementación de programas de formación, la organización de torneos y la creación de espacios adecuados para la práctica del basquetbol pueden marcar la diferencia y asegurar que el entusiasmo resurja. Sin duda, un legado maravilloso para los jóvenes y una forma de honrar el amor que nosotros, como estudiantes del pasado, tuvimos por este deporte. (O)