La bioeconomía conserva rituales ancestrales de bienestar y protege la Amazonía

La Amazonía, un tesoro de biodiversidad y sabiduría ancestral, se encuentra en el centro de una revolución en la industria de la belleza y el bienestar. A través de la bioeconomía, ingredientes naturales únicos, utilizados por generaciones por comunidades indígenas y tradicionales, están siendo aprovechados de manera sostenible para crear productos innovadores, al tiempo que se protege este ecosistema vital.

Este modelo de desarrollo no solo protege los ecosistemas sino que también preserva los conocimientos tradicionales. Ingredientes como la manteca de copoazú, el aceite de castaña y el açaí, reconocidos por sus propiedades hidratantes, regenerativas y nutritivas, han demostrado un gran potencial en la cosmética y el bienestar. Empresas como Natura lideran este cambio mediante alianzas con productores amazónicos, garantizando una extracción ética y regenerativa de estos valiosos recursos.

“Cuando los desafíos socioambientales se abordan estratégicamente, se transforman en oportunidades de innovación y crecimiento sostenible. En Natura, trabajamos bajo esta concepción, adoptando modelos de producción sustentables que permiten una extracción ética y regenerativa de ingredientes. La recolección responsable, realizada en armonía con los ciclos naturales, no solo protege la biodiversidad de la Amazonía, sino que también ofrece oportunidades de desarrollo a las comunidades locales, asegurando que estos ingredientes sigan formando parte de rituales de belleza en todo el mundo sin comprometer el equilibrio del ecosistema.»  explica Juan Salgado, Gerente Senior de lanzamiento de Natura en Ecuador.

La bioeconomía en el sector de la belleza se fundamenta en ciertos aspectos claves:

  1. Elementos naturales y conocimientos ancestrales

Durante generaciones, las comunidades amazónicas han utilizado aceites, mantecas y extractos vegetales por sus propiedades regenerativas y nutritivas, conocimientos que hoy son respaldados por la ciencia y la industria cosmética. Incorporar estos saberes en la producción de productos de belleza no solo impulsa la innovación, sino que también contribuye a la conservación del ecosistema y al reconocimiento de la riqueza cultural de la Amazonía.

Algunas compañías han integrado este conocimiento en sus formulaciones, utilizando ingredientes naturales extraídos de manera responsable. En este caso, Natura a través de su marca Ekos, basada en activos de la biodiversidad amazónica, promueve su uso sostenible y generando valor tanto para la naturaleza como para las comunidades que la habitan.

La marca prioriza el uso de ingredientes vegetales y procesos industriales verdes, logrando que la mayoría de sus fórmulas sean aptas para vegetarianos y veganos.

  • Alianzas para un Comercio Justo y Sostenible

El desarrollo sostenible en la Amazonía no solo es posible, sino que es una necesidad urgente. Al respetar los ciclos naturales y evitar la explotación indiscriminada, se fortalece el papel de las comunidades como guardianes de la biodiversidad, al tiempo que se genera un modelo económico que protege la selva y promueve la equidad social.

Natura es un claro ejemplo de cómo es posible conciliar la protección ambiental con el progreso económico y social. Desde el año 2000, la empresa ha trabajado en la región amazónica bajo un modelo de bioeconomía que prioriza la sostenibilidad y la regeneración del ecosistema. A través del Programa Amazonia, lanzado en 2011, ha desarrollado cadenas productivas sustentables que han beneficiado a más de 10,191 familias en 44 comunidades, garantizando ingresos justos y promoviendo prácticas agrícolas responsables.

Actualmente, emplea 44 bioingredientes de la biodiversidad brasileña, como la manteca de copoazú, el aceite de castaña y el açaí, conocidos por sus propiedades hidratantes y regenerativas.

El impacto de este modelo es tangible: gracias a su labor con comunidades, ha contribuido a la conservación de dos millones de hectáreas de selva amazónica. El compromiso de Natura con la Amazonía no solo se basa en inversión y comercio justo, sino también en la incidencia política y la construcción de marcos regulatorios que beneficien a las comunidades. Este modelo demuestra que el desarrollo sostenible no solo es viable, sino que también representa una alternativa real para frenar la deforestación, garantizar el bienestar de las comunidades locales y generar valor económico sin comprometer el equilibrio del ecosistema amazónico.

  • Sustentabilidad e Iniciativas de cuidado de los ecosistemas

La protección de la Amazonía requiere más que una extracción sostenible; implica restauración ecológica, conservación de especies y un manejo responsable del territorio. La bioeconomía amazónica permite generar ingresos sin recurrir a la deforestación ni a la explotación indiscriminada de recursos. Según la ONU, las áreas gestionadas por comunidades indígenas presentan tasas de deforestación significativamente menores, reafirmando su papel como guardianes del bosque.

Para generar impacto positivo, Natura impulsa tres pilares clave: Amazonía Viva, que protege 1,8 millones de hectáreas de selva mediante comercio justo y gestión sostenible; Más Belleza, Menos Residuos, que reduce el impacto ambiental con soluciones innovadoras; y Cada Persona Importa, que promueve la inclusión y condiciones económicas justas para las comunidades. Estas iniciativas refuerzan el compromiso con un modelo de negocio que equilibra la preservación del planeta con el bienestar social.

La bioeconomía amazónica representa una alternativa viable al permitir que los habitantes de la región generen ingresos sin recurrir a la tala masiva ni a la extracción indiscriminada de recursos naturales. A través de la recolección de frutos, semillas y aceites, combinada con prácticas regenerativas, se puede construir un modelo de desarrollo que beneficie tanto a la selva como a quienes dependen de ella.

El compromiso con la Amazonía no es exclusivo de sus comunidades; su protección es responsabilidad de todos, desde gobiernos y empresas hasta consumidores. Con más del 17% de su extensión destruida en las últimas décadas el desafío es urgente.

Preservar la Amazonía no es solo una cuestión ambiental, sino también cultural y económica. Proteger sus recursos y valorar los saberes ancestrales que han permitido su conservación es clave para garantizar que este ecosistema siga siendo fuente de vida y bienestar para las futuras generaciones. La belleza que cuida no solo embellece la piel, sino que protege la naturaleza y honra la sabiduría de quienes han aprendido a vivir en armonía con ella. Apostar por prácticas responsables y modelos de negocio sostenibles es la mejor manera de asegurar que la Amazonía continúe siendo un símbolo de vida, equilibrio y tradición.

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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