¡La vida es un soplo, y si no la compartimos, se nos va…! han pasado 64 años, y nuestra filial, la Sociedad de Pediatría del Azuay, se mantiene como una de las entidades científicas y gremiales más solventes y prestigiosas del País. En los albores de la década de los 60, algunos colegas médicos se dedicaban con cariño y entereza a la atención de los niños, otros llegaban con su bagaje de conocimientos desde el exterior, y algunos se aprestaban a realizar esta sagrada y noble especialidad.
De acuerdo al acta fundacional del ministerio de Previsión Social del 31 de enero de 1961, los verdaderos fundadores de la Sociedad de pediatría del Azuay, son los doctores Carlos Berrezueta, Nicolás Ramírez, Alberto Alvarado, Arturo Landívar, Jaime Astudillo, Miguel Tenorio y Octaviano Palacios. A propósito, conjuntamente con mi amigo y colega Dr. Hugo Calle G. acabamos de escribir un libro sobre la historia de la pediatría en el Azuay, el mismo que será lanzado en las próximas semanas. Con el tiempo se fueron sumando algunos médicos más, unos sin especialidad y otros ya formados con especialidad completa; todos ellos nos trasmitieron sus conocimientos y su ejemplo de honestidad, ética, vocación y de verdadero apostolado por la niñez. Las directivas posteriores conformadas por no menos probos y destacados colegas, tuvieron la gentileza de acogernos sin celos ni egoísmos, más bien con afecto y benevolencia dentro de este gremio que, con sacrificado trabajo, responsabilidad y honorabilidad se ha mantenido por largos 64 años, convirtiéndose hoy por hoy en una de las más notables y reconocidas a nivel del Ecuador y de Sudamérica. Por este motivo, su actual directorio presidido por el Dr. Byron Guillen V. celebró una sesión solemne, muy emotiva y compartida, donde se reconoció la labor de los ex presidentes que colaboraron con esta emblemática Institución. Es obvio suponer lo arduo y difícil que es llegar a cumplir 64 años de fecunda y prolífica labor en bien de la sociedad, y sobre todo de los niños de la región, que son la esperanza de la patria, y nuestra razón de ser.
En hora buena por este aniversario a todos los miembros de esta acreditada sociedad medica, a la cuál me honro en pertenecer. (O)
