La discordancia del presidente norteamericano con su homólogo de Ucrania, antes aliado vital, muestra la realidad, de que los tratados siempre se han desarrollado en relación con los intereses económicos de los gobiernos contratantes. Y la desavenencia grotesca observada por el mundo, con gestos de incomodidad del presidente Trump, cuando dice del mandatario ucraniano no estar preparado para la paz. que evidencia cuando Ucrania pide garantías de EEUU para un acuerdo con Rusia, sin claudicaciones, por la entrega de las concesiones de minerales de las llamadas tierras raras, que por un valor alrededor de los 500.000 mil millones de dólares solicita la administración de Trump, para seguir con el financiamiento de la guerra.
Siendo entonces un trato que suponemos está avanzado, es cuestión de tiempo que se acerquen las ofertas de lado y lado, para encontrar un punto en que convengan, tal cual sus intereses, de mayor o menor urgencia. Sabiendo que los más necesitados están en condiciones de ceder. Pero por la delicadeza del tema, difícil la disyuntiva de entregar de todos modos a los invasores o a los utilitarios, sus recursos estratégicos de minerales, que se han vuelto necesarios para sostener a la tecnología de inteligencia artificial avanzada y que al momento el 70%, de este tipo de minerales está controlado por la China, en territorios ubicados en varios continentes, en la era del fin de uso de materiales fósiles a la modernidad, y que Ucrania cuenta de los 30 indispensables minerales raros con 21.
Ante el impasse sucedido a Ucrania en la entrevista de la casa blanca, en donde le dijeron a Zelenski que no tenía soldados para sostener la guerra y que, sin el apoyo americano, no había futuro, sin embargo, Europa está cerrando filas para continuar con el soporte de la resistencia ante la opresión rusa, evitando que pueda expandirse por el viejo continente. Sin estados unidos la situación se torna harto difícil, pero sin duda, se trata también de poner sus fortalezas en su defensa. Que esperamos sea lo suficiente para terminar con esta guerra absurda de intereses económicos, que no respeta a la vida humana. (O)