“Memento homo quia pulvis es et in pulverem reverteris”. Quienes frecuenten hoy un templo católico escucharán estas palabras mientras el sacerdote dibuja una cruz en su frente con el pulgar untado en húmedas cenizas bendecidas. Se percibe entonces la señal de haberse ya iniciado la etapa cuaresmal: recuerda hombre que eres polvo y al polvo retornarás´.
Permítanme, en un desorden muy personal, entregarles párrafos que bien pueden servir para recordar viejas enseñanzas o para remozar piadosas costumbres. Detrás del telón del “memento homo” yacen riquezas que adornan el espíritu y permiten que nuestros cuerpos comprendan su razón de ser.
-Razonar, encontrar un motivo para pensar en un más allá de lo acostumbrado es un inicio bienvenido cuando el tráfago de quehaceres materiales no permiten que el espíritu tenga sosiego. Entonces, bienvenida la reflexión, el pensar hondo, el adentrarnos en nuestra conciencia y permitir que afloren páginas escondidas de un maravilloso ayer, cercano o muy lejano.
El ayer es nuestro, todos lo tenemos, lleva dentro de sí capítulos de nuestras vidas de grata recordación y también momentos que quisiéramos olvidarlos pero, a más de imposible, fueron catapultas que incidieron en nuestras vidas.
-Cuando miro a mis compatriotas festejando el carnaval a su modo en las diversas provincias; cuando me divierto al saber que todos son hermanos, hijos de igual patria y que por todo esto se quieren como hermanos me siento feliz, porque a ese pueblo y a ese sentir lo he buscado y percibido como propio, desde siempre.
-Es por esto que en estos días me he cuestionado a menudo sin encontrar una respuesta comprensible. Qué nos pasa, qué nos pasó, por qué dejamos de llevarnos como herma nos, porque se ha puesto precio a la vida, por qué la seguridad se ha vuelto volátil y por qué la pistola y el machete han pasado a normar la vida de tantos y la inseguridad de muchos. Algo pasa a este pueblo llamado Ecuador que es menester detectarlo para enmendar aquello que aún es dable.
Es entonces que la cuaresma que hoy iniciamos tiene para Ecuador una importancia capital. Ayer decidí enviar este pedido a familiares, amigos y demás compatriotas.
“Tenemos manos para sentir la cercanía; brazos para estrecharnos con fuerza; ojos que nos permiten mirar nuestro futuro y demás sentidos que saben de un Ecuador maravilloso. No lo perdamos: aún es nuestro”. (O)