Una serie de cuestionamientos al Gobierno del Presidente Noboa se han multiplicado en las últimas semanas, los mismos que tienen que ver con varios casos que implicarían el cometimiento de presuntas irregularidades e, incluso posibles actos de corrupción, que hasta no ha sido aclarados debidamente, ni tampoco investigados por instancias como la Fiscalía General, la Contraloría, la Asamblea Nacional, el CPCCS, etc.
Entre esos casos están, por ejemplo, la compra irregular de chalecos antibalas para las Fuerzas Armadas, pues esta compra se hizo con una empresa declarada anteriormente como “incumplida” por parte del Estado ecuatoriano y que no tenía las características para la provisión de dicho equipamiento militar; amén de que serían chalecos que no cumplirían las condiciones para proteger la vida de los militares que salen a cumplir operaciones en contra de los grupos del crimen organizado. A esto se suma el caso de la empresa “Petronoboa”, que tendría que ver con irregularidades en los volúmenes de venta de combustible por parte de esta empresa, de propiedad del hermano del Presidente Noboa.
El otro caso, que es el más críticas ha causado en los últimos días, es el que tiene que ver con la entrega del campo petrolero “Sacha”; una entrega realizada sin licitación (es decir “a dedo”), a una empresa que presuntamente incluso podría tener vínculos con una familiar cercana al Presidente Noboa; pero que, sobre todo, se haría a través de un contrato cuyos términos asomarían como perjudiciales para el Estado ecuatoriano, pues dicha empresa recibiría más del 80% de la producción petrolera en el Campo “Sacha”, mientras el Estado se quedaría con menos del 20%.
En este contexto, el discurso presidencial de que el Gobierno combate la corrupción, o de que estamos en el “nuevo Ecuador”, en la realidad quedaría en entredicho; además de que a los citados casos habría que añadir otros que, en su momento, también generaron denuncias y críticas. Así, la entrega de 80 millones de anticipo a la cuestionada empresa “Progen”, para la provisión de energía eléctrica en medio de la crisis de los apagones; y, la fracasada intención de talar el Manglar en Olón para construcción de un complejo habitacional en favor de la esposa del Presidente. (O)
