El país tendrá una nueva Corte Constitucional en razón del cambio de tres de sus nueve integrantes. La Constitución en su artículo 432, dispone que cada tres años debe existir una renovación parcial por tercios. El Reglamento de Sorteo en su artículo 2, señala que ingresan en el actual sorteo (para salir de la Corte), exclusivamente los 6 jueces que están en funciones desde el año 2019.
Lo retos que el país tiene requieren de una Corte Constitucional comprometida con su tarea sustancial: tutelar el contenido material de la Constitución. Ser guardián y árbitro constitucional. Su labor rebasa afectos, desafectos o posiciones ideológicas, pues la tutela que ha de hacer es al orden constitucional y no a la ideología.
La Corte que fenece ha tenido una actuación en muchos casos cuestionada por su posición asumida, ausencia de nitidez y falta de rigurosidad. Primaron en varios casos -por mayoría- una visión ajustada a los tiempos políticos, de viernes o fin de semana; dejando a un lado su rol en la institucionalización -diaria- del Estado.
Su tardanza en cuestiones sustanciales para el país (aquellas que no pueden esperar); o la apertura a dilemas -antes que jurídicos de líneas de temporada-. La falta de posición (unanimidad) ante conflictos que requieren la defensa de una sola Constitución que no es de mayorías vs. minorías. En ocasiones fijó estándares muy bajitos y peligrosos. Como la “mínima verosimilitud” contada sobre un hecho, para avanzar en la destitución a un presidente, llevando a momentos inimaginables en la vida democrática y republicana del país con las consecuencias de inestabilidad.
La introducción de normas ajenas y la inseguridad jurídica de inobservar sus propios precedentes. Las polémicas decisiones a la hora de tutelar derechos; la -aunque reglada- discrecional forma de revisar el mérito de juicios ya resueltos y que habían causado estado cambiando situaciones jurídicas de sujetos procesales en juzgados de primer nivel. El crear súper órganos inventados para la criminalidad del país. La resolución sobre el bloque 43 ITT-Yasuní, 10 años después, y para que en un año se retire sin poder cumplirse hasta hoy. Los estándares variantes a la hora de resolver un estado de excepción y las respuestas -muchas veces innecesarias- en sus sentencias a funcionarios públicos o académicos que le fueron incomodos.
La nueva Corte Constitucional llega con una tarea que no puede esperar: promover la defensa a la Constitución, República y Democracia. Cuidar del país. Los retos son enormes y la confianza en ellos también. El primer paso, asumir que el rol de juez necesita personalidad, estudio y seriedad. (O)
@jchalco
