A inicios de la década del 70, consolidado el Grupo Cultural Yurag, nuestras tertulias se repetían cada vez con nuevos integrantes, cultivar alguna inquietud cultural el único requisito y fue así como Galo Cárdenas a su regreso de Buenos Aires y corta estadía en Cuenca, llenaba con su voz y humor nuestras reuniones; la revista “La beata desplumada” daba de qué hablar; los músicos cantando la nueva trova y los teatreros con “Trincheras de papel” de Pablo Estrella V, “Dientes blancos” de Aguilera Malta, “Réquiem por la lluvia” de Martínez Quierolo, estrenaba escenarios. Era hora de ampliar espacios.
Fue así como, buscando auspicios para presentaciones del Yurag, la Universidad de Loja acogió con entusiasmo nuestro proyecto, con la recomendación de que fuéramos recíprocos con el Conjunto Musical Universitario que dirigía el Maestro Edgar Palacios, insigne compositor y trompetista lojano que, a su regreso de Rumanía, estaba a cargo del grupo musical. Y fuimos a Loja e hicimos una emotiva temporada en el teatro Bolívar, reuniones y recitales en diversas instituciones educativas. Y vino a nuestra ciudad el Grupo Musical del Maestro Edgar Palacios, más de 30 músicos y solistas para un estreno espectacular en el teatro “Carlos Cueva Tamariz” y una apoteósica noche musical en el “Parque Calderón” copado de público tarareando notas del concierto sin dejarlos ir del escenario. Todo un acontecimiento cultural, porque igual se realizaron presentaciones en colegios, reuniones grupales y recitales bajo la dirección de Edgar Palacios y los integrantes del Yurag entregados en una tarea de reciprocidad.
Ha pasado alrededor de 50 años de ese acontecimiento cultural, hemos seguido la trayectoria del Maestro Edgar Palacios, radicado en Quito: alrededor de 150 canciones, 40 álbumes de música clásica ecuatoriana, la Cantata Boletín y Elegía de las Mitas, más de 2000 conciertos dirigidos, y sus espectaculares participaciones en nuestra ciudad, poniendo el marco musical a inauguración y clausura de los X Juegos Deportivos Bolivarianos de 1985 y los VI Juego Deportivos Sudamericanos de 1998. Un antes y después en este tipo de eventos en Cuenca. Cualquier homenaje al Maestro Edgar Palacios es un acierto. Nos solidarizamos con entusiasmo. (O)