Tanto se ha hablado de BUROCRACIA que confundimos sus conceptos y hasta lo tratamos en una forma peyorativa, pero, es por culpa de no pocos servidores públicos que no cumplen a cabalidad la función de servicio a los demás por anteponer sus propios intereses.
La burocracia: es una organización regulada por normas que establecen un orden para distribuir y gestionar los asuntos que le son propios, empero, tanto ha llegado la corrupción en nuestro país que se lo considera como: “un sistema caracterizado por una gestión ineficiente, plagada de obstáculos (papeleos, rigidez, formalidades innecesarias, etc.), que dificulta la realización de un trámite, la emisión de un documento, el flujo de un proceso, y más.
Estando a las puertas de un nuevo gobierno, motivamos a que se debe poner mucha atención a esta “epidemia”, ya que estamos observando la enorme cantidad de “partidarios” de candidaturas que se prestan a dar sus apoyos en función de que les den un “puestito”, no importa lo de la experticia, aduciendo que en el camino se aprende, pero también aprenden y muy bien las “malas artes”. Incluso hay personajes que solapadamente se identifican con las 2 candidaturas, allá la vergüenza, lo importante es tener “un carguito y mandar”.
En este contexto, estamos de acuerdo con Carlos Castro, que menciona: “algunos servidores públicos tratan a las instituciones públicas como si fuesen de su propiedad o como si estuviesen gerenciando un negocio privado, dando rienda suelta ya sea a su voluntad, capricho, amistad, enemistad, interés personal, …incluso derivan a ocupar servicios de profesionales previamente conchabados”. Tanto se ha generado y degenerado la burocracia que creemos que es oportuno llamar la atención de los candidatos y su entorno para que no caigan en el confiarse de malos ciudadanos, porque podrían sumarse al enorme ejército de burócratas corruptos que existen en el país.
De este mal, ningún organismo del Estado se escapa, llevando incluso a que estos malos funcionarios tengan un poder y una influencia excesiva, llegando a casos en que sus cargos se mutan a castigadores y no a facilitadores de los procesos. Se debe obviar el “piponazgo” burocrático, se debe desplazar los parentescos, amistades y afines, porque, aunque no la creamos, estos pipones son los mayores consumidores del presupuesto del Estado, sin productos que justifiquen la eficacia y eficiencia. (O)