76.800 

En el mes de enero del presente año, la Asamblea Nacional de Nicaragua, absolutamente oficialista, aprobó por unanimidad una reforma constitucional que permite la conformación de “las fuerzas militares de reserva patriótica”. Se trata, nada más ni nada menos que, de una organización constituida por elementos civiles, armados y entrenados militarmente, y diferente, tanto de las fuerzas armadas como de la policía oficial. Para que se tenga una idea del volumen del flamante “ejército”, lo conforman 76.800 personas, mientras que toda la institución policial nicaragüense no cuenta con más allá de 28.400 elementos en servicio activo. 

Algunos de los componentes de este novísimo “invento” de la pareja Ortega Murillo, fueron los responsables de los más de 350 asesinatos de manifestantes que ocurrieron en las movilizaciones de abril del 2018, a raíz de las protestas de la población por pretendidas reformas a la seguridad social. Asesinatos por los que, y demás está decirlo, nadie recibió ni una amonestación verbal. 

Hace pocos días y, como parte de una especie de juramento masivo a nivel nacional, en la Plaza de la Fe, de Managua, y en acto transmitido por la televisión nacional, la copresidenta Murillo, tomó el juramento a 29.999 miembros de esta fuerza paramilitar, declarándolos “héroes de la paz” y “policías voluntarios”. La gran mayoría eran empleados públicos que fueron obligados a llegar al evento, vestidos con pantalón negro, zapatos negros y camiseta blanca, y obligados, asimismo, a llevar pasamontañas negros, entregados por los “organizadores”, para que no puedan ser reconocidos. 

Lo descrito, que no se trata de si será o no será, porque los hechos han sido públicos, y más una cadena de repudiables atentados contra los derechos humanos y la democracia, a lo largo de más de veinte años de vergonzosa dictadura, nos relevan de comentarios complejos. La gran verdad es que, cuando las ansias de poder y sus motivaciones rebasan los límites de la racionalidad y la cordura, desaparecen las ataduras inherentes a la moral y al buen sentido. Ortega cuenta ahora con una nueva fuerza militar, ¿tiene alguien alguna duda sobre cuál será su encargo?  

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