La reciente decisión de las autoridades de talar 1100 árboles de eucalipto en Cuenca ha generado una ola de preocupación y debate entre la comunidad. La falta de fundamentos sólidos para justificar esta acción ha llevado a muchos a cuestionar si es realmente la mejor solución para la gestión de nuestro entorno natural y nuestro patrimonio histórico y cultural.
El eucalipto, originario de Australia, fue introducido en diversas partes del mundo, incluyendo Cuenca, con la intención de aprovechar sus beneficios. Si bien es cierto que es una especie no autóctona, su presencia se ha integrado en el paisaje y ecosistema local de manera significativa y ha estado presente en nuestro centro histórico por varias generaciones.
Desde una perspectiva histórica, muchas especies introducidas han pasado a formar parte esencial de nuestro entorno. Como es el caso de las araucarias del parque Calderón, árboles que han sido testigos silenciosos de innumerables eventos históricos y han proporcionado sombra y belleza a generaciones de cuencanos. Aunque no son autóctonas, su valor cultural y ecológico es innegable.
Mas que ecológico o histórico el debate debería centrarse en soluciones sostenibles y más que respaldarse en leyes que solo tienden a alargar resultados, se deberían observar y tratar comosíntomas de una sociedad que podría estar padeciendo deecopátia y estar encaminándose a una desconexión masiva con la realidad.
Ecopatía según Juan Pablo Orrego* es un síndrome que se observa mundialmente a nivel urbano y se muestra con ladesconexión cultural y mental con la naturaleza y el medio ambiente.
¿Estaremos los Cuencanos padeciendo de esto?
Antes de proceder con la tala de los eucaliptos o las araucariasen Cuenca, es fundamental considerar alternativas que promuevan tanto la preservación de nuestro entorno natural como el bienestar de la comunidad.
Los árboles, ya sean introducidos o autóctonos, forman parte de nuestro patrimonio histórico y ecológico, y su preservación debe ser realizada con cuidado y responsabilidad. (O)