El 53% de la población mundial vive en países en que está permitido el aborto por causas diversas. El 38% vive en países que lo permiten bajo ciertas circunstancias: solo en el primer trimestre del embarazo y el 9% vive en países en que está prohibido. El Ecuador adoptará algún día esta norma con mucho atraso, después de haber sido causa de dolor y sufrimiento para inúmeras mujeres que han tenido que soportar embarazos no deseados, someterse a abortos clandestinos con graves complicaciones para la salud y riesgo para la vida y tener hijos que al no ser deseados ni aceptados son abandonados o maltratados.
¿Por qué no se pone más empeño y esfuerzos en educar a la juventud y población en general sobre sexualidad responsable incluyendo el uso de la píldora del día después? ¿Por qué no se enseña que tener un hijo no es inevitable después de una relación sexual? Así disminuirían los embarazos no deseados, los abortos clandestinos y la desgracia que tantas mujeres deben afrontar cuando por el legítimo y normal ejercicio su sexualidad han afrontado embarazos no deseados.
Una tibia reforma en nuestro país permite el aborto cuando una mujer con discapacidad mental ha sido víctima de violación. Y ¿por qué no se permite cuando ha sido una niña la víctima de violación…? ¿O cualquier mujer sometida por la fuerza…? ¿Es menos grave la violencia contra una mujer no discapacitada…?
De otro lado la mujer es dueña de su cuerpo y puede hacer con él lo que considere apropiado. El tener o no un embarazo debe ser su libre decisión y no producto de una violación, la casualidad o una circunstancia fortuita. Las mujeres católicas aceptarán, probablemente, el embarazo y nada puede obligarles en contrario, pero las que no son de esa religión deben tener libertad de decidir sin tutelajes morales de nadie.
Ninguna creencia ni religión tiene derecho a obligar a todas las personas, sean o no sean de sus filas, a creer o actuar como ellas pretenden ordenar, peor si están en contra de corrientes universales.
El embarazo no deseado, cada año cuesta 15.300 millones de dólares a América Latina esto evidencia el costo del embarazo en adolescentes en 15 países de la región. (O)