Abstrayéndonos de quien triunfe la elección, el país requiere avanzar al unisonó para combatir la ola de criminalidad que ha sitiado al Ecuador. Dejando de lado los desencuentros, por intereses particulares o de grupo, que generan visiones distintas del desarrollo, que compiten por la presidencia de la República. La situación delicada se la debe controlar para no caer en la incompetencia estatal con empobrecimiento masivo como Venezuela, Cuba, Argentina y ahora Bolivia, que sin producción no alcanzan los recursos para los servicios elementales a los ciudadanos, que penosamente empezamos a sentirlo nosotros, en una lucha política encarnizada.
Otro imperativo es coaligarnos con los países vecinos, sin subterfugios de tinte ideológico, que, nos sume en el desarrollo relativo con relación a países del primer mundo. Es hora de poner a la nación por delante. El otrora pacto andino sufre por el negocio de la droga y colaterales, siendo el epicentro para el envió hacia norte América y Europa, debiendo discutirse las diversas posiciones para definir una actuación en conjunto. Por ejemplo, Colombia ha puesto para debate en las naciones unidas, la despenalización del cultivo de la coca con fines médicos, con su argumento de liberar de las mafias. Tema controversial, pero importante por sus implicaciones para analizar en la región.
Los estados que han luchado contra mafias organizadas han sufrido el ataque a los gobiernos, como Italia, que debió organizar un poder judicial confiable como paso uno y desde este andarivel a la recuperación institucional. En Colombia el primer país productor de cocaína, sus diálogos con sectores guerrilleros se escindieron para quedar algunos como parte de la estructura de los grupos delincuenciales. Su escenario sigue complejo y afecta a toda la región, igual que lo hace nuestra preocupante realidad, de la que no están exentos los vecinos. Es hora de alianzas, como mecanismo idóneo para fortalecer a las naciones al borde de la quiebra y en guerras internas. Lo demás son discursos de campaña, que una vez concluida debe llamar a todos/as a una tregua por la supervivencia de la patria. (O)
