Tomás, legado de un hincha de cuatro patas del Cuenca

El amor por un equipo de fútbol trasciende generaciones y, en ocasiones, hasta mascotas. Esa es la historia de Tomás, un peludito hincha del Deportivo Cuenca, quien sigue el legado de Verónica, antecesora y compañera inseparable de Óscar Abad, un fiel seguidor del equipo desde su infancia.
Verónica fue una perrita singular, no solo por su amor incondicional hacia Óscar, también por su pasión por el equipo rojo.
Durante 15 años acompañó a su dueño a los estadios de todo el país, apoyando al equipo en cada partido. “Era una hincha fiel, tranquila y educada. Si yo le decía que se quedara en un lugar, ahí se quedaba”, recuerda Óscar con nostalgia.
El 7 de marzo se cumplió un año desde que Verónica partió, dejando un vacío imposible de llenar. Sin embargo, ante la pérdida de su compañera, Óscar decidió buscar a otro peludito que compartiera sus características.
Así llegó Tomás, un cachorro inquieto y juguetón, pero con un corazón tan grande como su predecesora. «Parece que Verónica, antes de irse, le dejó enseñando todo a Tomás. Hace muchas cosas que ella hacía conmigo”.
Desde hace un año, el canino “rojo” acompaña a su dueño en cada partido de los Camisetas Coloradas. Ha visitado estadios y hasta ha viajado a Guayaquil, convirtiéndose en un verdadero amuleto de la suerte para su equipo.
«Cuando el Cuenca mete gol, Tomás se emociona y salta, igual que lo hacía Verónica», afirma su dueño con orgullo. Tomás y su dueño se ubican en la Tribuna Sur, donde ambos cuentan con un abono para toda la temporada, asegurando su presencia inquebrantable en cada partido.
Sus inicios como hincha
Para Óscar, su amor por el equipo comenzó cuando tenía 10 años, y ahora, con 40, sigue sintiendo la misma pasión que en su infancia. Dice que el verdadero significado de ser hincha es de estar en las buenas y malas.
El sueño del hincha cuencano es ver a su fiel amigo de cuatro patas en la cancha, acompañando a los jugadores antes de un partido, una imagen que simbolizaría la lealtad de los hinchas, sin importar su especie.
Además, invita a todos los seguidores a llevar a sus mascotas al estadio y vivir la pasión del fútbol en familia. «Las mascotas también pueden ser parte de esta tradición y alegría. Verónica y Tomás son prueba de ello».
Así, la historia de Verónica sigue viva a través de Tomás, recordando que el amor por el club morlaco no tiene fronteras, ni límites, ni especies. “Es una pasión que se lleva en el corazón y que se transmite, incluso, a través de generaciones de fieles amigos de cuatro patas”, añade.