El proyecto de humanidad

Hernán Abad Rodas

¿Qué implica la dignidad humana? En primer lugar, la inviolabilidad de ser de cada persona, el reconocimiento de que no puede ser utilizada por los demás como mero instrumento para la realización de fines generales.

Un ser humano se engaña a sí mismo y engaña a otro, si vende su dignidad y su honor en procura de riqueza, poder, de una posición social y hasta para salvar su vida, ejemplos los tenemos tanto en el plano individual, como en el colectivo, en la política etc

Un hombre pierde la dignidad si la vende, y si no respeta la de los demás, y la pérdida de ésta como la del honor, considero que es el precio de la cobardía moral y física.

En la actualidad, es común ver la prontitud con que los hombres se entregan a la codicia, a la agresividad, a la mentira, y más criticable es aún en aquellas personas que han sido designadas para dirigir los destinos de nuestros países pobres y mal desarrollados.

El Ecuador parece estar organizado para la indiferencia, y donde no hay lugar para la solución pacifica de nuestras controversias. Casi sin que nos demos cuenta, nos han despojado de un componente esencial de la dignidad humana: la capacidad de reaccionar.

El hombre se expresa de diferentes formas para llegar a los demás, y muchas veces para salir del cautiverio de su soledad, es tal su naturaleza y dignidad, que nada colma el justo deseo de expresarse; razón por la cual, no existe mayor ladrón en este mundo que el que nos quita nuestro derecho a la libertad de pensamiento y de expresión.

El proyecto de humanidad que estamos intentando construir, el que después de milenios de experiencias dramáticas se ha ido dibujando, el que aprovecha la enseñanza de los filósofos, de los maestros espirituales, de los genios religiosos, de los infinitos hombres y mujeres de la calle, tiene como axioma básico: EL HOMBRE ES UN SER DOTADO DE DIGNIDAD.

Con honradas excepciones, nuestros comportamientos son indignos, somos crueles, cobardes, traicioneros, mezquinos, infieles. Pero hemos decidido que sería bueno que fuéramos seres dignos, e intentamos comportarnos como si ya lo fuésemos.

Estamos empeñados en desplegar el contenido de esa dignidad para que no se nos quede en una mera noción retórica.

La dignidad no se puede alcanzar en el plano de la técnica, en la que el ser humano es tan experto, sólo puede alcanzarse en el plano de la ética, y estos logros se miden por el grado en que nuestros actos estén gobernados por la verdad, la compasión, el amor, la ética, la moral, no, por la codicia, la mentira, la corrupción y la agresividad.

Nuestra actual situación debe hacernos humildes, y en ese sentido la humildad debería acicatearnos para alcanzar la dignidad sin la cual nuestra vida no tiene valor alguno. (O)

Dr. Hernán Abad

Médico Neumólogo, Postgrado Universidad de Chile. Socio fundador Academia Ecuatoriana de Literatura Moderna e Historia. Miembro activo del Club de Leones de Cuenca.

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