
La hiperplasia prostática benigna (HPB) es el agrandamiento de la próstata que provoca síntomas urinarios desagradables. Actualmente se ha convertido en una afección común que afecta a los hombres a medida que envejecen.
En Ecuador, según la Sociedad Ecuatoriana de Urología en su último estudio, estimó que el 75 % de los hombres mayores de 50 años padecen alguna forma de Hiperplasia Prostática Benigna (HPB), dado que, aun cuando no es cáncer, si no es tratada a tiempo acarrea varias complicaciones, por ejemplo: infecciones recurrentes, formación de cálculos, daño en la vejiga, problemas de urgencia para orinar e incluso padecer de insuficiencia renal a largo plazo.
Así mismo, un estudio realizado en el Hospital José Carrasco Arteaga reveló que la prevalencia de HPB es del 71,5 % entre los pacientes mayores de 40 años. El grupo etario más afectado es el de 60 a 69 años, representando el 46,6 % de los casos.
Por su parte el Dr. Francisco García, cirujano urólogo oncólogo, menciona que, “cuidar la salud masculina es una decisión que marca la diferencia, por lo general muchos hombres descuidan su salud hasta que los síntomas se vuelven irreversibles. Por lo tanto, todo hombre a partir de los 40 años debe hacerse un examen de prevención prostático y estar atentos a las siguientes señales de alerta:
- Necesidad frecuente de orinar, especialmente durante la noche (nicturia): Las personas con HPB suelen experimentar una urgencia incrementada para orinar, interrumpiendo su descanso nocturno.
- Dificultad para iniciar la micción: La obstrucción causada por el agrandamiento de la próstata puede provocar retrasos o esfuerzo al comenzar a orinar.
- Flujo de orina débil o intermitente: La compresión de la uretra por la próstata aumentada puede resultar en un chorro de orina disminuido o que se detiene y comienza nuevamente.
Ante estas alertas el especialista recomienda prestar atención a los signos y acudir a una evaluación médica a tiempo, debido a que la Hiperplasia Prostática Benigna (HPB) es una condición común, pero su diagnóstico temprano es clave para un tratamiento efectivo, por ejemplo, REZUM es un procedimiento que utiliza vapor de agua para reducir el tejido prostático agrandado, aliviando estos síntomas de manera mínimamente invasiva, siendo un proceso rápido, seguro y sin cirugía.