El nombre de esta enfermedad apareció recientemente en el 2005 en respuesta al cambio climático y el calentamiento global. Se define como el miedo crónico frente al desastre ambiental. Se manifiesta como estrés, preocupación y angustia ante la degradación y la imposibilidad de frenar la crisis ambiental. Los síntomas emocionales asociados con la ansiedad ambiental incluyen tristeza, culpa, ira, insomnio y tensión. Los jóvenes son los más afectados por la degradación que muestra el medio ambiente y también pierden el bienestar ante la fatalidad ambiental.
La “solastalgia” o ansiedad ecológica se origina por el daño de la comodidad “es el dolor que produce reconocer que el lugar donde uno reside y que ama está siendo amenazado”. Este es un miedo y ansiedad a que nuestro hogar se puede perder por un deslave, una inundación, un incendio o una sequía desoladora, es decir, por los efectos del deterioro ambiental ante el cambio climático o el calentamiento global. Este temor ante los problemas ecológicos se manifiesta en forma de ansiedad, de angustia, de estrés, de depresión y de frustración.
Frente a la ansiedad ecológica existen algunas soluciones; Glenn Albrecht dice que la primera solución es reconciliarse con la naturaleza al disfrutar del aire libre para reducir el estrés y la ansiedad. También puede servir realizar actividades al aire libre o usar la bicicleta en lugar del automóvil, efectuar actividad deportiva en el campo para estrechar los lazos con la naturaleza. Otra recomendación es informarse correctamente sobre lo que ocurre con el cambio climático y el calentamiento global para conocer qué se puede hacer frente a esos problemas. Pero creo que lo mejor es tomarse un descanso en medio de la naturaleza. (O)
