Ahora que estamos expectantes por observar el debate entre los 2 candidatos a la presidencia, creemos que poco a nada ayudará a definir las posiciones de los electores, cuanto más la novelería de quien gana. Empero, es importante elegir bien, porque tristemente vivimos en una sociedad del miedo y hasta llegamos al clímax de tener miedo al miedo.
Antes, nos impactaba el observar en las pantallas de TV o en redes sociales y afines, escenas que de por si generan miedo, pero hoy hemos llegado a la tolerancia tal que lo aceptamos como algo normal, pero tenemos mucho miedo que nos toque a nosotros.
Vivimos con la percepción de un peligro, hoy tan real y presente, que está generando un comportamiento defensivo que repercute en la salud mental y física del ecuatoriano. Este miedo en sus inicios como una reacción normal, que paulatinamente va progresando a enfermedades orgánicas y patologías mentales más graves como la ansiedad y la depresión que podrían terminar en el suicidio.
Este miedo no está pasando factura, deambulamos por las calles apurados, sobresaltados, y acaso con el delirio de persecución, observamos a los otros como potenciales enemigos, revisamos a cada momento los bolsillos, la elegancia quedó atrás y más vale bambalinas antes que lucir joyas, llegamos al hogar como que más cansados, deprimidos o agresivos, buscamos escaparnos en los tranquilizantes y más pastillas, o quizá una copa de alcohol, o a un ser humano quizá la esposa o hijos que reciben toda nuestra descarga negativa. Pecamos de masoquistas, seguimos observando noticias de robos, asaltos, muertes que generan más violencia. Ya no confiamos en nadie, vivimos en una sociedad agresiva y violenta, lo que genera desinterés por el placer y hasta dependencia a fármacos, alcohol, cigarrillo y hasta pensamientos mortales.
¿Qué hacer en una sociedad carcomida por la morbosa patología que es el miedo? Comencemos desde nosotros mismos siendo buenos ciudadanos, padres, hijos, compañeros, amigos, dando el buen ejemplo a los demás, pero también, exigiendo a las autoridades que cumplan con sus propuestas de trabajo, hoy de campaña, cuando estamos como país en una preocupante encrucijada… ¡Elijamos bien a nuestras autoridades! ¡No al pasado! (O)