La democracia se presenta desnuda

@andresugaldev

“La democracia necesita una virtud: la confianza…”, solía decir Victoria Camps, magnífica política, catedrática y filósofa española. Y tenía razón. La democracia, delicado puente de cristal que salva el abismo entre la tiranía y el progreso, es un bien que debe cultivarse, respetarse y sobre todo, cuidarse de los voraces apetitos políticos del poder.

Y esto lo digo hoy, mientras contemplo perderse los últimos girones de nuestra democracia entre debates intrascendentes, caprichos de tiranuelos y auténticos atropellos sistemáticos, validados entre sofismas jurídicos y legitimados por el poder electoral y sus tribunales, es decir, por aquellos (precisamente por aquellos) que deberían salvaguardar la esencia de la democracia y hoy se entregan al poder de turno, serviles, incondicionales, infames. Juan Pablo II solía decir que “La democracia necesita de la virtud, si no quiere ir contra todo lo que pretende defender”; cuánta razón tenía.

Un debate presidencial para el olvido: dos candidatos erráticos, imprecisos, carentes de argumentos, vacíos de propuestas, dedicados a lanzarse improperios y acusaciones mientras la memoria evoca aquel debate entre Roldós y Durán Ballén (a las puertas aún de la dictadura), en el que Roldós anunciaba, como una premonición: “La política del Ecuador está enferma de adjetivos”.

Y más allá del debate, un proceso electoral escandalosamente viciado, mientras el CNE y sus tribunales ignoran y olvidan las denuncias de irregularidades, descalifican a los candidatos con posibilidades e ignoran el mandato de una elección popular en la figura de una vicepresidenta victimizada por un despotismo disfrazado de legalidad. Y finalmente, un mandatario que es presidente por la mañana y candidato por la tarde, violando todos los preceptos éticos y legales habidos y por haber. ¿Qué Correa también lo hizo? Si, probablemente lo hizo, y sin embargo, el antecedente de un delito no justifica su repetición.

Si, Ecuador duele. La democracia, hoy convertida en un caparazón vacío por dentro, duele en la conciencia, mientras se sacrifica en el altar de las ambiciones políticas. “La dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer. La democracia se presenta desnuda porque ha de convencer…” nos dijo Antonio Gala. ¡Lejos! Que lejos estamos de aquel maravilloso ideal… (O)

Dr. Andrés Ugalde

Analista político y económico. Fue Director Provincial de Desarrollo Económico y Concejal Urbano. Actualmente es Director de la Carrera de Ciencias Políticas y Gobernanza en la Universidad Católica de Cuenca

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