
La presidenta hondureña, Xiomara Castro, concluye su periodo como presidenta pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) en medio de una complicada coyuntura política y económica para la región, que llega fragmentada a esta cita y sin una estrategia común frente a la presión de Washington.
Castro traspasará el miércoles la presidencia pro tempore del foro regional a su homólogo de Colombia, Gustavo Petro, en la IX Cumbre de la Celac, que se celebrará en Tegucigalpa con la asistencia confirmada de al menos once presidentes, incluida la anfitriona, y primeros ministros.
A la cumbre han confirmado su asistencia los presidentes Gustavo Petro, de Colombia; Luis Arce, de Bolivia; Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Miguel Díaz-Canel, de Cuba; Yamandú Orsi, de Uruguay; Claudia Sheinbaum, de México; Bernardo Arévalo, de Guatemala, la anfitriona hondureña, Xiomara Castro, y Leslie Voltaire, miembro del Consejo Presidencial de Transición de Haití, quien llegó el domingo por la noche.
Se suman los primeros ministros de Belice, Juan Antonio Briceño; de Guyana, Mark Anthony Phillips, y de San Vicente y las Granadinas, Ralph Consalves.
Castro: «Juntos son más fuertes para defender soberanía»
El presidente uruguayo y el primer ministro de Guyana arribaron el martes a medianoche, mientras que el resto de dignatarios terminarán de hacerlo entre hoy y el miércoles.
La cumbre, que se celebrará en el edificio principal del Banco Central de Honduras (BCH), será antecedida por la reunión de cancilleres de la Celac de este martes, presidida por el anfitrión, Eduardo Enrique Reina.
En la víspera, la presidenta hondureña dijo que la cumbre marcará «un paso hacia la unidad de América Latina y el Caribe, enfrentando desafíos globales como el cambio climático, el narcotráfico y la migración», entre otros problemas.
La sede del Ejecutivo también dijo el lunes que «¡La CELAC nos une como región! Es la voz de América Latina y el Caribe frente al mundo. Juntos, somos más fuertes para defender nuestra soberanía, impulsar el desarrollo y construir un futuro justo para nuestros pueblos».
El mensaje de unidad que resalta Castro contrasta con las marcadas diferencias políticas y la ausencia en la cumbre de la mayoría de los presidentes de Centroamérica, de los que solo confirmó asistencia el de Guatemala, Bernardo Arévalo, mientras que de América del Sur no lo harán el argentino, Javier Milei, el venezolano, Nicolás Maduro, y el chileno, Gabriel Boris, entre otros.
Lula da Silva aboga por una candidatura para la ONU
Hasta ahora se desconocen detalles de los temas principales que centrarán la cumbre, aunque los aranceles para los países latinoamericanos y caribeños anunciado la semana pasada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, posiblemente no sea abordado, porque estaría siendo manejado de manera bilateral, aunque cualquier decisión al respecto la tomarían los presidentes, según dijo el lunes a periodistas el canciller hondureño.
Sí se sabe que el brasileño Lula da Silva, quien será recibido por el expresidente, esposo y principal asesor de Xiomara Castro, Manuel Zelaya, propondrá que la Celac presente una candidatura única a la Secretaría General de la ONU, que será renovada en 2026, según informó el pasado miércoles la secretaria para América Latina y el Caribe de la cancillería de Brasil, Gisela Padovan.
Según Padovan, «la participación de Lula en la cumbre es una clara señal de que la integración regional es una prioridad para Brasil».
La cumbre de la Celac en Tegucigalpa también es precedida por la deportación de miles de migrantes de varios países latinoamericanos, como parte de las duras medidas migratorias de la Administración Trump, y sí estaría en la agenda de los mandatarios.
Diversos sectores de la región coinciden en que la Celac llega a su novena cumbre muy fraccionada, aunque las autoridades hondureñas creen que es lo contrario, al margen del pensamiento político de cada gobernante.
El analista hondureño Manuel Torres dijo a EFE que los cambios que se están viviendo en el mundo, sobre todo a partir de las políticas de Donald Trump, «toman a Latinoamérica más fraccionada que nunca, con sus mecanismos de integración en crisis«.
La cumbre se celebrará bajo un riguroso sistema de seguridad a cargo de 5.000 policías y 2.000 militares. EFE