El valor invisible del trabajo doméstico y de cuidados

Dra. Gloria Vizcaíno Cárdenas, Ph.D. NODO Universidad Técnica de Cotopaxi

En el siglo XXI persiste una paradoja: el trabajo doméstico y de cuidados, realizado mayoritariamente por mujeres, sigue siendo invisible económicamente. Según la ONU y la OIT (2023) las mujeres dedican 4.1 horas diarias a estas tareas no remuneradas frente a 1.7 horas de los hombres. En América Latina, solo el 30 % de los hombres participa en cuidados (CEPAL) mientras en Ecuador, las mujeres invierten 31.7 horas semanales vs. 13.7 de los hombres (INEC, 2023). Si se monetizara, su valor sería equivalente al 28 % del PIB ecuatoriano $30,095 millones anuales y entre 9-25 % globalmente. 

Esta desigualdad se explica por la Teoría del Rol Social de Alice Eagly: roles asignados históricamente según estereotipos de género (hombres como proveedores, mujeres como cuidadoras) internalizados mediante socialización. Para transformar esta realidad ONU Mujeres propone las 3R: 1. Reconocer: Visibilizar su impacto económico y políticas que protejan derechos laborales.  2. Reducir: Invertir en infraestructura: guarderías y licencias parentales equitativas. Suecia redujo un 25% el tiempo de cuidado infantil con guarderías gratuitas. 3. Redistribuir: Promover corresponsabilidad familiar y estatal.

Este cambio cultural y político no solo beneficiaría a las mujeres, sino que impulsaría el desarrollo económico al liberar su potencial productivo. El cuidado debe ser una responsabilidad colectiva, no una obligación individual.  (O)

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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