Mitos y realidades sobre los lácteos en la alimentación infantil

Los lácteos son una fuente clave de nutrientes esenciales para el desarrollo infantil. Desde el primer año de vida, la leche y sus derivados proporcionan calcio, proteínas de alto valor biológico, grasas saludables y vitaminas fundamentales para el crecimiento. En esta etapa, los niños experimentan un rápido desarrollo óseo y muscular, lo que hace imprescindible el consumo adecuado de productos lácteos.

Sin embargo, a lo largo del tiempo, han surgido diversos mitos en torno a su consumo, generando dudas entre los padres sobre si deben o no incluir estos alimentos en la dieta de sus hijos. Frente a este escenario, la Dra. Ana Altamirano, nutricionista de Vita Alimentos, enfatiza que “Es importante basarse en evidencia científica y en la orientación de expertos en nutrición para comprender los beneficios reales de los lácteos y diferenciar entre información errónea y estudios avalados”.

A continuación, la experta aborda algunas de las creencias más populares sobre la leche y sus derivados en la alimentación de los niños, aclarando cuáles de ellas son mitos y cuáles son realidades.

Mitos sobre los lácteos en la alimentación infantil

  • La leche produce flema y debe evitarse cuando los niños tienen gripe o resfriado: No hay evidencia científica que demuestre que la leche aumente la producción de mucosidad en las vías respiratorias. La flema es una respuesta natural del cuerpo ante la presencia de un virus y no está relacionada con el consumo de leche. “Solo en casos de alergia diagnosticada a la caseína podría haber una reacción específica”, indica Altamirano.
  • El consumo de leche causa alergias en la mayoría de los niños: La alergia a la proteína de la leche de vaca es poco común y suele detectarse en los primeros meses de vida. En la mayoría de los casos, esta condición se supera entre el primer y segundo año. La intolerancia a la lactosa es diferente y puede manejarse con opciones deslactosadas sin necesidad de eliminar los lácteos por completo.
  • Los productos lácteos generan sobrepeso en los niños: Los lácteos brindan saciedad prolongada y contribuyen a una alimentación equilibrada. “La combinación de proteínas, grasas saludables y carbohidratos naturales ayuda a regular el apetito y evitar el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados con bajo valor nutricional”, dice la representante.
  • La leche no es necesaria después del primer año de vida: A partir del primer año, los niños necesitan fuentes adicionales de calcio y proteínas para el fortalecimiento de sus huesos y músculos. La leche de vaca y sus derivados continúan siendo fundamentales en su dieta para garantizar un crecimiento óptimo.
  • Los productos lácteos comerciales contienen hormonas y antibióticos peligrosos: La industria láctea debe cumplir con estrictos controles de calidad e inocuidad. Las normativas sanitarias garantizan que la leche y sus derivados sean seguros para el consumo infantil, sin contenido de hormonas o antibióticos que puedan afectar su salud.

Realidades sobre los lácteos en la alimentación infantil

  • Los lácteos son esenciales para el desarrollo óseo y muscular: Los huesos en crecimiento requieren una ingesta adecuada de calcio, el cual es mejor absorbido cuando proviene de la leche. “Además, la leche aporta proteínas de alto valor biológico, fundamentales para el fortalecimiento muscular desde los primeros años de vida”, destaca la Dra. Altamirano.
  • Los niños deben consumir entre 300 y 500 ml de leche al día según su edad: Según la especialista, “A partir del primer año, se recomienda una introducción progresiva de la leche en la dieta. Desde los 2 hasta los 7 años, los niños deben consumir entre 300 y 500 ml diarios, y en la adolescencia, esta cantidad puede aumentar hasta tres vasos al día debido a la última fase de crecimiento”.
  • Los lácteos aportan energía y favorecen el rendimiento escolar y deportivo: La combinación de proteínas y carbohidratos en la leche proporciona energía sostenida, ayudando a los niños a mantenerse activos y concentrados en sus actividades diarias. Además, la leche contribuye al desarrollo muscular y a la recuperación después del ejercicio físico.
  • La pasteurización garantiza la seguridad de la leche para el consumo infantil: “El proceso de pasteurización elimina bacterias dañinas sin alterar los nutrientes esenciales de la leche, asegurando un producto seguro y de alta calidad para el consumo de los niños”, asegura la nutricionista.

Los lácteos desempeñan un papel esencial en la alimentación infantil, y a pesar de los mitos que han surgido en torno a su consumo, la evidencia científica respalda sus beneficios y destaca la importancia de incluirlos en una dieta equilibrada. “Es fundamental que los padres e instituciones educativas promuevan el consumo adecuado de leche y sus derivados, asegurando que los niños reciban los nutrientes necesarios para su crecimiento y bienestar, de la mano de productos de calidad, un consumo en cantidades adecuadas y la combinación con una alimentación variada”, concluye la experta.

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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