La Universidad del Azuay alcanzó la autonomía energética

La Universidad del Azuay (UDA) logró la autonomía energética con paneles solares en su campus principal.

La Universidad del Azuay (UDA) alcanzó la autonomía energética con paneles solares en su campus principal. La iniciativa refleja el compromiso institucional con la sostenibilidad y la innovación tecnológica.

Francisco Salgado, rector de la UDA, informó que se instalaron cerca de mil paneles fotovoltaicos. Estos paneles permiten generar más de 500 kilovatios de energía limpia y renovable.

“Desde 2019 trabajamos por esta autonomía. No solo frente al Estado, también en la generación energética propia”, explicó Salgado, quien destacó la importancia de esta incorporación.

Proyecto acelerado por la crisis energética

El proyecto debía concluir en 2025, pero la sequía y los apagones llevaron a completarlo en 2024. Los paneles tienen una vida útil de 25 años y ocupan una superficie de mil metros cuadrados.

Salgado indicó que podrían evitar hasta 500.000 toneladas de CO₂ si se repitiera una sequía como la de 2024. El diseño respetó la estética de la “quinta fachada”, integrando el terracota con el grafito de los paneles.

Financiamiento y retorno de inversión

La universidad invirtió medio millón de dólares, poco más del 1 % de su presupuesto anual. Con la eficiencia actual de los paneles, se espera recuperar la inversión en cuatro años.

Los nuevos paneles generan entre 300 y 630 vatios, casi el doble que en 2019. El excedente de energía puede ser inyectado a la red pública, según el consumo institucional.

Educación y sostenibilidad

El proyecto también es un espacio de formación para estudiantes de ingeniería y arquitectura. Ellos participaron en el diseño e instalación y harán el mantenimiento como parte de su aprendizaje.

Las estructuras permiten que, en época de lluvia, el agua fluya hacia canales de evacuación. “La instalación busca proteger la naturaleza y enseñar a anticiparse al futuro”, señaló el rector.

Gestión del agua, otro frente ambiental

La universidad implementó un programa de gestión hídrica en paralelo al proyecto energético. Se aprovecha agua de lluvia, subterránea y reciclada, logrando reducir el uso de agua potable en un 60 %.

Una doble red hidrosanitaria permite usar esta agua para riego y sanitarios. Las piletas del campus oxigenan el agua, mejorando su reutilización y por ende el ahorro.

Hacia un modelo replicable

La UDA trabaja con el Municipio de Cuenca para impulsar normativas que fomenten construcciones sostenibles. Se propone que nuevas edificaciones cuenten con reservorios de agua y paneles solares.

La universidad planea extender este modelo a otros campus, como el del ‘Bicentenario’. Así, la UDA se consolida como un referente en sostenibilidad urbana y educación ambiental.

Ahorro

Pablo Manzano, ingeniero eléctrico e investigador en energías, explicó que lograr la autonomía energética en los edificios reduce costos a largo plazo y garantiza continuidad operativa en caso de cortes.

La energía solar, al ser limpia y renovable, permite disminuir la huella de carbono de las edificaciones, alineándose con los compromisos ambientales globales, acotó este profesional.

«Con los avances tecnológicos, los sistemas fotovoltaicos son más eficientes y accesibles, lo que facilita su implementación incluso en zonas urbanas densamente pobladas…», enfatizó.

Además detalló que al generar su propia energía, un edificio autónomo puede inyectar excedentes a la red, convirtiéndose en un actor activo dentro del sistema eléctrico nacional.

«Invertir en autonomía energética es apostar por resiliencia, sostenibilidad y eficiencia. Es el camino hacia ciudades más responsables y preparadas para el futuro…», concluyó.

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