Los seres de la calle

Los niños de la calle viven sin hogar, sin familia y sin amor, cubiertos de una costra de vulnerabilidad, agresividad, pobreza, desamparo paternal y social. Su vida transcurre sin alimentación ni descanso adecuados, tampoco tienen acceso a una educación que les brinde alguna luz en tan oscuro entorno de miseria y tragedia holística.

El cuidado y atención a su salud no existe, prima la ley de la selva encementada; en sus frágiles vidas pululan enfermedades venéreas, drogodependencia, alcoholismo y las nuevas y comunes drogas de química sintética. Su accionar está usualmente dirigido por explotadores y abusivos individuos que, en ciertos casos, los reclutan por engaño o violencia para varias actividades delictivas, pornografía, explotación laboral, sicariato, mendicidad, robo, adopción ilegal, agresión sexual, etc., lo que se ha denominado el esclavismo del siglo XXI.

Estos niños no tienen un desarrollo físico, mental, espiritual, moral y social dentro de patrones normales y correctos, más bien, son resentidos con la vida, con la sociedad, con su inexistente familia que no los acogió con amor y crecen en un mundo que les conduce a ser delincuentes desde muy temprana edad.

Cuenca es escenario de muchos pordioseros de todas las edades, que exhiben certificados (quizá falsos); de niños que, respirando los gases de la combustión de los automóviles, son halados por mayores de edad; otros, presionados a ingresar en restaurantes y cafeterías para pedir ayuda, desde donde son expulsados por sus empleados. También hay muchos limpiadores que ensucian parabrisas, vendedores de fundas plásticas, fruta, etc., etc., etc. Las esquinas muestran una tragedia social, alguna inventada, otra cierta y adicionada con drogas y miseria de todo tipo.  ¿Quién vigila estos casos?

Abunda por doquier esta lacra social, que distancia a los niños y jóvenes de las aulas en donde se formarían para buscar un mejor futuro, mientras son atrapados en las redes de la miseria y la desesperanza. Estos cuadros son el resultado de tanta inequidad en una sociedad consumista y lacerada por varios procesos que descuidan de la atención a una población creciente y víctima del hambre, la enfermedad y la carencia de una brújula que guíe su caminar a un futuro   con lo mínimo necesario. (O)

Dr. Eduardo Sánchez

Doctor en Química por la Universidad de Cuenca. Excatedrático de la Universidad de Cuenca. Director del Proyecto “Reproducción de orquídeas por semillas”. Conferencista y articulista internacional.

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