En los últimos días se ha hecho pública la pugna que, de manera creciente, se ha ido presentando entre las diversas instancias que conforman el órgano Judicial del Estado ecuatoriano, a saber: La Corte Nacional de Justicia, el Consejo de la Judicatura y la Fiscalía General.
El último suceso de esta pugna se ha producido a partir de que el Presidente de la Corte Nacional de Justicia anunciará el “retiro de confianza” al Presidente del Consejo de la Judicatura, y esto a partir de la cuestionada destitución de un Juez de dicha Corte, a cuyo cargo estaba el proceso judicial abierto en contra de integrantes del Consejo de la Judicatura acusados de actos irregulares. A esta pugna se ha sumado la Fiscal general al abrir un proceso investigativo en contra del Presidente y otros miembros del Consejo de la Judicatura. Y, para rematar, el Gobierno Nacional ha emitido también, un pronunciamiento cuestionando a dicho Consejo.
Se trata de una situación preocupante, dada la situación de gran inseguridad y criminalidad que está viviendo el país; pues es al Órgano Judicial del Estado, y a sus diversas instancias institucionales, al que le corresponde el rol de llevar adelante procesos como el de la investigación, el juzgamiento y la sanción de los delitos y crímenes que se cometen; un rol muy venido a menos en los últimos tiempos, debido a la falta de eficacia y a la insuficiencia de recursos económicos que han sido notorias en la llamada Función Judicial; amén de las presiones e intereses políticos que han permeado la acción de algunas de sus instancias, como la Fiscalía General, muy ágil en la investigación y en la apertura de procesos a ciertos críticos al poder gubernamental (uno de cuyos últimos ejemplos es el proceso en contra del Portal periodístico “La Posta”), pero muy lenta en la averiguación de los casos de corrupción denunciados en contra de dicho poder, así como en la investigación de otros delitos y crímenes que afectan a la población.
Aún más, dicha pugna no es sino la expresión de la creciente debacle institucional en la que ha entrado en Estado ecuatoriano, una de cuyas causas es precisamente la pervivencia de la politización y partidización de los Órganos de control del Estado, uno de ellos el Órgano Judicial. (O)
