Los resultados del VIII Censo de Población y VII de Vivienda con relación a la provincia del Azuay reflejan y confirman aspectos de por sí conocidos, si bien poco entendidos en su real magnitud.
En dotación de servicios básicos, a las autoridades locales debe llamarles la atención la brecha entre el sector urbano y el rural.
En el primer caso, el 97 % de la población urbana cuenta con el servicio de alcantarillado. En el segundo, apenas el 42,8 %.
He allí el reto. Invertir en ese campo significa invertir en salud, en el cuidado al medio ambiente.
Cantones azuayos, por su clima y más atractivos, en estos últimos años son el asiento de miles de viviendas vacacionales. Las más, por no decir todas, tienen pozos sépticos para evacuar las aguas servidas. ¿Habrá algún problema a futuro, o ya lo hay?
Otro dato ponderativo es la migración desde las zonas rurales hacia los centros urbanos, en especial a Cuenca. De esta forma, el campo queda abandonado. Identificar las causas no es problema. Será tarea de los Municipios, Prefectura, entre otros entes públicos, enfocar sus políticas para resolver los tantos vaivenes, como el poco apoyo a la agricultura u otras actividades afines cuya rentabilidad es baja.
No es novedad la migración al exterior. Azuay, históricamente es una de las provincias con el más alto índice migratorio, en especial a Estados Unidos.
En los últimos doce años, algún familiar de los 16.528 hogares censados salió del país y no retornó. Sólo en Cuenca la cifra representa el 60,8 %.
En el Austro se habla de una “cultura de la migración”; es decir, la mayoría sólo piensa en irse, sea por reagrupación familiar o por la falta de trabajo.
En cuanto a Cuenca, hay parroquias cuya población ha disminuido; pero en otras, las más cercanas a la ciudad, ha aumentado. Otro indicador para la planificación municipal.
Estos y otros datos ojalá no queden para el PowerPoint, sino para diseñar planes de desarrollo y proyectos, y ejecutarlos. (O)
